Novedades

Joaquín Gairín: “Trabajar en red es una necesidad”

02/07/2024
El Dr. Joaquín Gairín compartió su visión sobre cómo potenciar la gestión educativa y detalló las claves para fortalecer la formación de formadores.
Joaquín Gairín impartiendo clase

En un mundo educativo en constante evolución, la gestión educativa y la formación de formadores se vuelven cruciales para enfrentar los desafíos contemporáneos.

En entrevista con el Dr. Joaquín Gairín, el director del Centro de Investigación y Estudios para el Desarrollo Organizativo de la Universitat Autònoma de Barcelona (España) reflexionó sobre los desafíos que enfrentan los directivos en ejercicio y brindó sugerencias para impulsar un liderazgo que promueva una educación inclusiva y de calidad.

Además de analizar las problemáticas actuales de las universidades, Gairín profundizó en los elementos clave a considerar en la formación de formadores.

Para finalizar, el presidente del Comité Ejecutivo de la Red de Apoyo a la Gestión Educativa (RedAGE) destacó la importancia de trabajar en red y evaluó el impacto de dicha iniciativa, que tiene como objetivo agrupar instituciones vinculadas a la gestión educativa en el ámbito iberoamericano.

GESTIÓN EDUCATIVA

 
https://www.youtube.com/watch?v=7H5mMfe2jXI
  • Desde la academia, ¿cuáles son los principales aportes o sugerencias para los directores en ejercicio?

    La primera cuestión es que el ejercicio directivo no es un ejercicio experiencial, sino también técnico. Y se supone que, en la medida en que poseen determinadas estrategias y sistemas de trabajo, puede ayudar a que su influencia sea mayor.

    Según los estudios de la OCDE y de otros organismos, en lo que refiere a la calidad educativa, lo que más influye es el trabajo en equipo del profesorado y, en segundo lugar, los directivos. Pero eso no quiere decir que, por el mero hecho de ser directivo, se generan buenos resultados.

    Significa que los directivos, en la medida en que tienen estrategias para fomentar el trabajo colaborativo, se enfocan en la gestión del cambio, promueven el liderazgo distribuido, hacen un empoderamiento de la inclusión y de algunos valores, eso puede contribuir a una mayor efectividad en los resultados.

  • En tu experiencia, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentan hoy los directores de los centros educativos?

    Vivimos en una realidad en constante cambio, muy dinámica, que continuamente aporta nuevos elementos que deberían responder al interés de los estudiantes y, por tanto, al interés de los centros educativos.

    En los últimos años, se está potenciando muchísimo —en los centros y en el contexto internacional— la calidad y la equidad. Una educación de mayor calidad, pero una educación que también tenga en cuenta las diferencias de las personas.

    Otro elemento importante es la digitalización de la sociedad. Para las escuelas, es importante que los profesores tengan las competencias digitales adecuadas y que las trabajen, para que también los estudiantes tengan esas competencias digitales.

    Por lo tanto, la inclusividad, las competencias digitales, el reforzar una educación en valores, es relevante que se trabajen desde la escuela. Muchos de estos temas no estaban en la agenda de los directivos hace unos años, y ahora aparecen de una manera notable.

    El liderazgo centrado en la educación, el liderazgo pedagógico, los directivos como promotores del cambio social (y no solamente escolar), así como la capacidad de influencia sobre la formación de los profesores, son elementos nuevos, que la gestión debe abordar y encontrar estrategias y sistemas de trabajo.

  • ¿Con qué estrategias sería importante trabajar, para abordar estas problemáticas?

    Los procesos de escolarización han generalizado el acceso a la educación de las personas, y eso se entiende como positivo. Pero también han multiplicado la complejidad del proceso educativo, porque aparecen nuevos contenidos y sistemas de trabajo.

    Es importante entender que la función y el trabajo han de ser colaborativos. Por eso, hablamos de una dirección distribuida, de una dirección muy centrada en el cambio. También de equipos directivos, ya que el reto no es solamente para una persona, sino para el conjunto de profesores y para el conjunto de individuos que coordinan la actividad de los profesores.

    Entonces, trabajo en equipo siempre focalizado en los mejores resultados educativos, para una sociedad que exige cada vez ciudadanos más críticos y más participativos.

FORMACIÓN DE FORMADORES

 
https://www.youtube.com/watch?v=P1X7j7iFpbE
  • ¿Cuáles son los desafíos actuales de las universidades, para favorecer las competencias de los formadores de formadores?

    Las universidades, como muchas estructuras, han sufrido los cambios acelerados de los últimos tiempos. Y, particularmente, les ha afectado, desde mi punto de vista, todo lo que ha sido el período de pandemia de COVID-19, que obligó a suspender las actividades.

    Es verdad que tuvo un efecto positivo: una potenciación de los sistemas virtuales. Pero tuvo también un efecto negativo, que es una cierta pérdida de lo sustantivo de las universidades: el intercambio presencial.

    Un primer reto que tienen las universidades es reencontrar su papel en una sociedad que ha cambiado sustantivamente, e incorporar de manera masiva la convivencia de modelos presenciales y virtuales. Eso en un contexto donde el conocimiento cada vez está más distribuido por diferentes medios, con estudiantes que, a veces, les cuesta mantener la atención y, otras, están más informados que los propios profesores.

    O sea que, en términos pedagógicos, los retos para las universidades son la renovación de las metodologías didácticas, la revisión de los sistemas de evaluación, y la promoción del conocimiento, implicando a los estudiantes y manteniendo niveles de profesionalización muy aceptables.

    Es verdad que estos retos no son los únicos porque, para poder dar estas respuestas, seguramente deben cambiar las estructuras. Hay que incorporar la búsqueda de recursos económicos que, a veces, se han visto mermados, por un lado, por las circunstancias socioeconómicas de los países.

    Por otro lado, por determinadas políticas, que han primado la docencia sobre la investigación, y que no entienden que una universidad debe formar profesionales que sean capaces de actualizarse permanentemente. Y eso tiene que ver con la investigación, el desarrollo y la transparencia.

  • ¿Cómo se puede potenciar la formación de formadores?

    La formación de formadores está en revisión, en prácticamente la mayoría de los países. En parte es lógico, porque el contexto social ha cambiado mucho y las exigencias en el mundo educativo también.

    Eso obliga a cambiar los programas escolares y los programas que han de desarrollar esos currículos. En ese sentido, la formación de profesores está muy en revisión, para incorporar las demandas de cómo hacer escuelas más inclusivas, cómo hacer escuelas digitalmente más avanzadas, cómo promover una educación en valores, cómo impulsar el trabajo colaborativo y las competencias blandas de los propios estudiantes.

    Por lo tanto, al cambiar los contextos, cambian los currículos, cambian los sistemas de organización y, lógicamente, el profesorado debe poder responder a esos cambios. Eso significa interpelar a la formación inicial de profesores. Es decir, ¿les damos las herramientas que necesitarán para las nuevas situaciones? La respuesta es no.

    En muchos sitios ya se avanzó en una formación menos en contenido y más en competencias profesionales. También se ha avanzado mucho en incorporar, a la formación, prácticas curriculares en las instituciones educativas durante más tiempo. Se ha avanzado también en lo que llamaríamos trabajo por proyectos. Pero todo eso se tiene que integrar, de una manera armónica, con los programas, que se han de renovar.

    Finalmente, un cambio en los programas ha de suponer un cambio en los formadores de formadores de esos programas, en los sistemas de evaluación y, por supuesto, en las mejoras que haya que introducir a partir de los resultados que se obtengan.

REDAGE

 
https://www.youtube.com/watch?v=7TkbzDyIW2s
  • Luego de más de 15 años de la creación de RedAGE, ¿cuál es el balance de la iniciativa? ¿Cuáles son los mayores aportes a la gestión educativa iberoamericana?

    La RedAGE, como su nombre indica, es una red. Su origen inicial era juntar instituciones de países latinoamericanos, que entendieran que el trabajo colaborativo es mejor que el trabajo individual. Y supuso pensar que ese trabajo colaborativo se podría enfocar a promover e impulsar la gestión educativa en Latinoamérica.

    Una gestión educativa que debía evolucionar: de modelos muy autoritarios, muy dependientes de los sistemas educativos, a modelos más descentralizados y al servicio de los contextos concretos y de los estudiantes. En ese sentido, la red venía a apoyar una reflexión más contextualizada sobre la gestión y más rica dentro de los diferentes contextos educativos.

    Durante estos años, hemos producido anualmente un informe sobre las temáticas que afectan a la gestión. Desde cómo enfocar el trabajo en las escuelas durante la pandemia, hasta cuáles son las competencias de los directores o cómo evoluciona el trabajo en equipo de los profesores y del propio equipo directivo.

    Pero yo creo que, más allá de esos informes anuales y de alguna publicación complementaria que hemos hecho, la gran aportación es que se ha consolidado una red de instituciones que son capaces de trabajar a partir de representantes de 15 países, más de 32 socios miembros y más de 400 instituciones.

    Se está trabajando en la idea del gran territorio iberoamericano en donde las personas, aprovechando que tienen un lenguaje común, intercambian experiencias. Es el único ejemplo que yo conozco, a nivel generalizado, en Iberoamérica, que ha resistido al tiempo. Por lo que algo habrá hecho bien.

  • En particular, ¿cuál es tu mirada sobre el trabajo que viene realizando RedAGE Uruguay?

    Dentro de la red, intervienen muchos países, y se entiende como un grupo de nodos. Cada país es un nodo, donde se supone que se integran varias instituciones.

    Diríamos que, de alguna manera, la Universidad ORT Uruguay es la institución pionera en extender esta idea dentro del propio país. Han seguido otras, pero ORT ―que impulsó esta iniciativa con la Universitat Autònoma de Barcelona― ha sido la más activa.

    RedAGE Uruguay ha logrado crear su propia red dentro del país, han hecho algunas actividades con la administración educativa pública. Y, por tanto, es un espejo donde se miran otros países, con envidia, porque aquí se ha conseguido implicar a la ANEP, al ministerio, así como a diferentes agencias y centros.

    Creo que el camino que recorren es un camino positivo y, en todo caso, de lo que se trata es de extender un poco más la idea, e invitar a más instituciones a que formen parte de ella.

  • ¿Por qué es importante trabajar en red? ¿Cuáles son los principales aprendizajes que has capitalizado de esta forma de trabajo?

    En un mundo globalizado, el trabajar en red es una necesidad. No hemos de reproducir el conocimiento, sino compartirlo, porque podemos aprender unos de otros. Y en una sociedad del conocimiento o en una sociedad de los conocimientos, el trabajar en red es indispensable.

    Además, nos enriquece. Aprendemos formas de hacer, soluciones a determinados problemas, maneras de enfocar la intervención en gestión y nuevos conceptos. El trabajar en red fortalece nuestro propio bagaje y contribuye a un efecto indirecto, que es a crear lazos de amistad.

    Tenemos muchas cosas en común, más allá de la lengua. Y la propia red facilita este intercambio. Yo diría que, los que han estado en la fundación de la iniciativa, ya no son un grupo de personas que representan instituciones, sino que son un grupo casi de amigos, que tienen vinculación con instituciones.

    Y un efecto positivo ha sido que la red ha sido promotora de proyectos internacionales. Hemos tenido el proyecto ACCEDES y el proyecto ORACLE. Ahora tenemos otro proyecto, que se centra más en Centroamérica, pero que también usa la red para promover innovación y cambio.

    Más allá de estos efectos generales, está el efecto de que es promotora de intercambios. En los países centroamericanos han hecho intercambios con otros países, gracias a la red. Y los países de Sudamérica han hecho intercambio con los centroamericanos. Estamos tejiendo una red, que era lo que se pretendía.

Visita Joaquín Gairín - Junio 2024

En junio de 2024, el Dr. Joaquín Gairín visitó el Instituto de Educación para impartir las materias:

Recursos académicos