Nervios, mucho más nervios. La preocupación porque la computadora no se quede sin batería o sin conexión. La tranquilidad de estar en el living de sus casas. La alegría de que amigos y colegas estuvieran presentes, al menos, del otro lado de la pantalla.
Tener que defender una tesis, de forma virtual, generó en los egresados sensaciones diversas. Pero, seguramente, hay algo que todos compartan: será una experiencia que no olvidarán.
En el mes de junio de 2020, en medio de la pandemia del COVID-19, 25 estudiantes del Master en Educación, del Master en Gestión Educativa y del Master en Formación de Formadores defendieron con éxito sus tesis de maestrías en forma virtual. Seis de ellos compartieron sus percepciones y contaron cómo vivieron esa instancia.
Una experiencia excepcional
Adriana Finno ordenó su casa, cambió el cuadro que tenía como escenario de fondo y estuvo atenta a que combinara con su ropa, para que fuera armonioso y no “generara confusiones”. Además, la egresada del Master en Educación, se preocupó de que su computadora no se quedara sin batería, que la mascota no se le subiera encima de ella cada vez que se sentara y deseó que no se le cortara la conexión a internet durante su exposición.
Más allá de esos detalles, no sintió grandes desafíos al respecto. Se preparó para ese momento, independientemente del formato de la defensa. Ya estaba acostumbrada a utilizar los medios digitales para su trabajo y para la vida, por lo que la virtualidad no representó una gran complicación para ella.
Pero, con respecto al uso de la tecnología, los egresados tuvieron respuestas variadas. Algunos expresaron que ya la venían utilizando y no fue un problema. En cambios, para otros, fue un desafío.
En ese sentido, Adriana Rodríguez, egresada del Master en Formación de Formadores, manifestó: “Estamos acostumbrados a sentir más seguridad en las instancias presenciales, lo que puede deberse a los antecedentes de formación que tenemos, de corte más tradicional”.
Sin embargo, destacó que fue una buena experiencia, ya que como la maestría los “preparó para el uso competente de los medios digitales”, los hizo “superar ciertas barreras frente al uso de la tecnología y respecto a la virtualidad”.
La flexibilidad: “una de las competencias del siglo XXI”
El proceso de finalizar la tesis, según Evelyn Einhorn, egresada del Master en Educación, fue complejo. Sus cronogramas y planes se vieron afectados: “La pandemia llegó y puso todo patas para arriba: cambió la rutina, truncó o modificó planes, nos enfrentó con la incertidumbre más que nunca y, especialmente, a los que trabajamos en educación, nos requirió un compromiso triple con nuestro oficio”.
"Me resultó bastante extraño estar culminando un proceso tan importante desde mi casa, en solitario y sin la magia de la interacción presencial, tan propia de la educación. De todas formas, es grandioso cómo las tecnologías nos permiten hacer posible estas instancias, a pesar de la pandemia", indicó Evelyn Einhorn, egresada del Master en Educación.
No obstante, en sus palabras, “la flexibilidad es una de las competencias del siglo XXI”, así que, para ella, todo fue un aprendizaje.
Pero el hecho de que el trabajo les demandara más horas de lo habitual no fue una situación excepcional. A Jana Blümel, egresada del Master en Gestión Educativa, también le resultó complicado terminar su tesis, dado el contexto que vivía el país y el mundo.
En la actualidad, se desempeña como directora académica del Goethe-Institut Montevideo y, como consecuencia de la pandemia, tuvo que adaptarse al formato virtual y capacitar docentes, adecuar los materiales, atender situaciones particulares y cuidar de no perder a los estudiantes, por lo que recién le podía dedicar tiempo a su trabajo final durante los fines de semana.
“Sin embargo, no fue imposible, y eso tiene que ver con que ya dentro del Master se viene acompañando mucho el proceso de la elaboración del trabajo final. Eso para mí es algo muy positivo, ya que realmente de esta forma es posible trabajar y realizar la maestría a la vez” resaltó.
Acortar distancias
Hay quienes consideran que defender de forma virtual, desde su propia casa u oficina, contribuye a que se sientan más cómodos durante dicha instancia. Esa fue una de las ventajas que señaló Blümel, quien además realizó su exposición ante la presencia de amigos y colegas de Argentina, Brasil y Alemania –que no hubiesen podido asistir de forma presencial–.
Asimismo, en las defensas del Master en Gestión Educativa, por ejemplo, los estudiantes contaron con la devolución de la Dra. Ana María de Albuquerque Moreira. La docente de la Universidad de Brasilia participó como miembro externo del tribunal, lo que permitió un intercambio mucho más regional.
La reducción de tiempos de traslado fue otro elemento que recalcó Federico Riguetti, egresado del Master en Formación de Formadores: “Para los estudiantes del interior, concurrir a la defensa implica largas horas de viaje. Esto tiene consecuencias que van más allá del traslado en sí, ya que muchas veces se atenta contra las horas de descanso previas, lo que puede incidir en el resultado”. Por lo que, a su juicio, esta modalidad permite asegurar una preparación “más adecuada en lo emocional y en lo físico”.
“Es muy importante para quienes vivimos en el interior del país –en mi caso, a 80 kilómetros de Montevideo–, dado que no insume tiempo de traslado y esperas”, aseguró Adriana Rodríguez, egresada del Master en Formación de Formadores.
La virtualidad: ventajas y desafíos
Tener un mejor control de los tiempos y de los recursos didácticos, una mayor apoyatura del material para realizar la presentación, así como propiciar una mayor concentración del disertante que va a exponer. Esas fueron algunas de las ventajas que los egresados desatacaron de las defensas virtuales. Sin embargo, hay quienes consideraron que el contacto personal directo no se reemplaza ni se compara con la tecnología.
“La única desventaja que pude percibir es la falta de contacto visual con los asistentes. En las sesiones presenciales estamos habituados a medir cómo está llegando nuestro discurso interpretando el lenguaje no verbal de quienes escuchan”, puntualizó Riguetti. “En la modalidad de videollamada, cuando se está compartiendo una presentación, se diluye esa posibilidad de valorar los gestos de las personas”, añadió.
Y, en comparación con lo presencial, puede ser más difícil establecer una conexión con los miembros del tribunal, según detallaron. No obstante, también indicaron que se sintieron muy a gusto y, de hecho, subrayaron la calidez de los tribunales.
“Para transitar exitosamente esta etapa fue fundamental el acompañamiento personalizado de tutores y coordinadores del Instituto de Educación que, en todo momento, aportaron su experiencia y profesionalismo”, afirmó Rodolfo Sosa, egresado del Master en Gestión Educativa.
“En cierta medida, estábamos preparados para un escenario de defensa virtual por la acumulación de experiencia previa”, concluyó.
“Evalúo en forma muy positiva el haber transitado este escenario poco tradicional y entender que la virtualidad implica nuevas formas de trabajo, con lógicas diferentes a las de la presencialidad”, manifestó Rodolfo Sosa, egresado del Master en Gestión Educativa.
Pasando raya
“La pandemia del COVID-19 ha tenido terribles consecuencias a nivel mundial, pero no ha podido con las defensas de tesis de maestría del Instituto que estaban programadas”, aseguró la Dra. Denise Vaillant, secretaria académica del Instituto de Educación.
En sus palabras, las plataformas y sistemas de gestión digitales, que funcionan desde hace años, se “convirtieron en el principal punto de apoyo en los momentos de crisis”.
Luego de concluir las defensas de las maestrías –si bien notaron ventajas y desventajas–, para Vaillant, la evaluación es sumamente positiva. En eso también concordó la Mag. Andrea Tejera, coordinadora del Master en Gestión Educativa: “Transcurridos los actos de defensa, podemos decir que todas fueron exitosas, tanto en la forma como en los contenidos desarrollados”.
El hecho de contar con reglas claras para efectuar las defensas en línea fue fundamental para todos los postgrados. Específicamente, en el Master en Gestión Educativa, la coordinación desarrolló un encuentro de trabajo para conversar sobre esta circunstancia y se orientó a los estudiantes a ensayar la situación entre ellos –para evitar que fuera una instancia a la que se enfrentaran por primera vez–.
Asimismo, tuvieron en cuenta algunos elementos de carácter emocional, que colaboraron al buen desarrollo de las defensas. Por ejemplo, le dieron al docente orientador un espacio previo, para que conversara con el tesista –algo que habitualmente se da informalmente, en la espera presencial para ingresar a la defensa– y que, en este caso, lo integraron formalmente al procedimiento.
A pesar de que se corría el riesgo de que se homogeneizaran los estilos de exposición, esto no sucedió. Por el contrario, Tejera destacó que cada estudiante propuso defensas originales, en “función de su estilo profesional y de aprendizaje”.
“Todo lo desarrollado nos deja muchos aprendizajes hacia la mejor integración de los recursos de enseñanza que tenemos al alcance de la mano desde la docencia”, concluyó.
Ver también:
- Entrevista a Evelyn Einhorn: “La pandemia nos requirió un compromiso triple con nuestro oficio”
- Entrevista a Adriana Finno: “Estudiar es la mejor forma de cambiar la educación de un país”
- Entrevista a Jana Blümel: Una maestría que permite trabajar y estudiar a la vez
- Entrevista a Rodolfo Sosa: La importancia de hacer que las cosas sucedan
- Entrevista a Adriana Rodríguez: La superación a través de la educación
- Entrevista a Federico Riguetti: La formación como clave para generar cambios significativos