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Una tesis que cruza fronteras

14/12/2021
¿Es posible establecer prácticas de distribución de liderazgo en Chile? ¿Qué factores limitan esa distribución? ¿Qué modificaciones se pueden implementar para impulsar el cambio? Carolina Domínguez, egresada del Doctorado en Educación, abordó dichas interrogantes en su investigación doctoral.
https://youtu.be/gi2rW3Po1Qg

El liderazgo y la educación técnico-profesional: dos temáticas poco abordadas

“En los últimos años, el liderazgo escolar ha tomado una relevancia, de manera notoria, a nivel mundial”, señaló Carolina Domínguez. A pesar de que en América Latina ha habido un desarrollo creciente, en sus palabras, todavía es “embrionario”: “El tema está profundamente enraizado en la cultura angloamericana, lo que condice –para Chile– un riesgo de importación de soluciones descontextualizadas”.

Por esa razón, en su tesis doctoral, se propuso describir y analizar las prácticas de distribución de liderazgo –y la relación con las condiciones micropolíticas– de directivos y docentes pertenecientes a liceos técnico-profesionales de alta vulnerabilidad en Chile. También identificó cuáles eran las condiciones que favorecían o limitaban dichas prácticas.

Particularmente, se enfocó en la educación media técnico-profesional chilena, otra problemática que ha sido “débilmente abordada”, y que nació como una “alternativa orientada a la preparación para un oficio, de forma de aumentar las opciones de inserción laboral de los estudiantes provenientes de clases sociales bajas o de bajo desempeño escolar”.

Hoy en día, reflexionar sobre el liderazgo en liceos de alta complejidad sociocultural es un tema de suma relevancia para Chile y para América Latina

Los obstáculos para la distribución del liderazgo

Durante la defensa doctoral de su tesis –titulada Prácticas de distribución del liderazgo y condiciones micropolíticas escolares: interacciones entre sus actores– Domínguez manifestó que, en la última década, el equipamiento de los liceos ha mejorado notoriamente. Sin embargo, la trayectoria educativa de los estudiantes, tendiente a completar los estudios terciarios, “no ha sido incluida en la política educativa”.

Un curriculum “sumamente abultado y rígido”, una división entre lo científico-humanista y la especialidad, así como una “pedagogía tradicional”, y una “falta notoria de protagonismo” por parte de los jóvenes, fueron otras de las debilidades que la egresada del Doctorado en Educación encontró en la enseñanza técnico-profesional.

Sumado a ello, según lo que detalló Domínguez, existen “desencuentros y fricciones entre directivos y docentes” y “una baja confianza relacional” entre especialidades y asignaturas, lo cual constituye “una barrera tremenda para distribuir el liderazgo”. También una gestión tradicional, jerárquica y segmentada, que impide instalar procesos de mejora.

En lo que respecta a la planificación y la estrategia, descubrió que se suele trabajar desde la “inmediatez y la contingencia”, lo que provoca una “gran dificultad para tomar decisiones participativas o en consenso”.

La investigación puso de relieve las diferencias sustanciales de miradas y del quehacer pedagógico entre los docentes de la especialidad técnico-profesional y de los docentes del plan común de los liceos chilenos.

En especial, la egresada encontró prejuicios y estereotipos que profundizan “una fisura” entre ambos colectivos de docentes, lo que además generaba “una distancia en las prácticas de colaboración y distribución”.

Para ilustrar, puso un ejemplo. En la educación técnico-profesional, observó que el liderazgo se suele asociar a quien tiene un cargo o a la figura del director, a pesar de que la literatura expresa que es algo que emerge de una red de interacciones y de las características de personalidad de los individuos.

Y, más precisamente, Domínguez llegó a la conclusión de que los docentes de la especialidad técnico-profesional asociaban el liderazgo al aprender haciendo. “El único líder validado es el que hace en la práctica, el que construye en su especialidad, por lo que el profesor de asignatura no pude ser un líder”, sentenció y explicó que es otro de los elementos que contribuyen a complejizar la posibilidad de distribuir el liderazgo.

“Es sumamente latente, pero tiene un impacto tan importante porque no se está logrando ser consciente de esta problemática para lograr el cambio esperado. Si no develamos las tensiones que están en un espacio oculto y latente, no vamos a lograr distribuir el liderazgo en los liceos”, complementó.

El camino hacia la mejora

Por tanto, ¿qué sugerencias de mejora propone la investigación cualitativa de Domínguez, para efectivamente poder establecer prácticas de distribución de liderazgo en Chile?

“No es necesario cambiar absolutamente todo”, aseguró la egresada, quien puntualizó que “distribuir” no es sinónimo de hacer un cambio total. Por eso, para ella, es clave que el liceo comprenda que tampoco implica separar tareas por personas, sino que es importante ir permeando las prácticas y haciendo cambios cíclicos.

“Entonces, ¿el liderazgo distribuido es una posibilidad real?”, le consultó uno de los miembros del tribunal. “Es sumamente complejo”, respondió Domínguez, quien dijo que un logro de la tesis es la difusión de la idea de que el liderazgo es “una ruta”. Eventualmente podrá ser algo necesario, que algunos podrán lograr y otros no. Pero lo fundamental es “moverse en los caminos de la distribución”.

Realizar talleres, dialogar con los docentes, así como “cruzar fronteras”, son elementos imprescindibles para lograrlo. En particular, cruzar la frontera de la distancia, ya que los docentes de la especialidad técnico-profesional están distanciados físicamente de los del plan común de los liceos chilenos. No se conocen, no se ven y no conversan, por lo que superar esa separación geográfica podría ayudar a suprimir obstáculos.

“El foco, hoy en día, no está puesto en las trayectorias de los estudiantes”, añadió Domínguez. De hecho, indicó que es necesario fomentar una dinámica en donde la preocupación esté puesta en la trayectoria de los estudiantes. Porque, a pesar de contar con “docentes motivados y con alta vocación”, a su juicio, el énfasis está puesto en lo disciplinar o en lo directivo, pero no en “cómo formar a un estudiante para que quiera seguir estudiando o trabajando, con competencias transversales para la vida”.

En ese sentido, proponer proyectos personales a los jóvenes, que les resulten interesantes, resulta de relevancia para no vaciar los liceos de “conocimiento significativos para los jóvenes” así como para no “desaprovechar un espacio potencial para fortalecer la construcción de subjetividad juvenil”.

La mala distribución y la fragmentación que tienen los liceos técnicos, en Chile, dificulta claramente el logro de prácticas escolares, que reconozcan las subjetividades juveniles y pongan el foco en la trayectoria escolar

El martes 26 de octubre de 2021, Domínguez defendió su tesis doctoral de forma virtual. El tribunal de la defensa estuvo integrado por la Dra. Ana Maria De Albuquerque, docente de la Universidad de Brasilia; la Dra. Andrea Tejera, coordinadora académica del Master en Gestión Educativa y del Master en Formación de Formadores; y la Dra. Denise Vaillant, decana del Instituto de Educación y directora académica del Doctorado en Educación.

La Dra. Beatrice Avalos, profesora y pedagoga chilena, se desempeñó como la directora de la tesis de Domínguez.

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