¿Por qué a un médico le interesa cursar un Master en Educación? ¿Cuál es la razón por la que, después de largos años de estudios, especializaciones y experiencia clínica, alguien decide volver a las aulas para formarse en el campo educativo? ¿Qué lo lleva a apostar por un postgrado que, a primera vista, no se vincula directamente con su práctica médica?
En el caso de Ulises Parada ―médico cirujano y docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Uruguay)―, la decisión de postularse al Master en Educación no fue impulsiva ni circunstancial. Fue el resultado de una inquietud profunda: la preocupación por preparar mejor a las nuevas generaciones de profesionales de la salud, en un contexto donde ya no alcanza con ser un buen técnico.
El desafío de enseñar medicina
Algo que Ulises identifica como una gran carencia es la ausencia de una formación específica en pedagogía y en didáctica para quienes ejercen la docencia en el área de la medicina.
Hace años que tiene a su cargo a residentes que están cursando la especialidad en cirugía, así como a estudiantes avanzados de la carrera de Medicina. “Uno lo hace un poco por amor al arte, porque le gusta”, destacó. Sin embargo, reconoció que su práctica docente se basa fundamentalmente en el conocimiento técnico y no en una formación en enseñanza.
“El estudiante tiene que aprender, más que nada, de forma autodidáctica y copiando lo que nosotros hacemos”, detalló. Y enseguida agregó: “Yo sé más de pancreatitis, por ejemplo, entonces voy y te enseño pancreatitis. Pero lo hago sin una metodología”.
De hecho, aseguró que no sabe cuántos de los que hacen carrera docente “realmente quieren ser docentes” de la facultad. Algunos quieren investigar o focalizarse en la asistencia. La cuestión está en que, cuando adquieren el cargo, las funciones de docencia, investigación y asistencia “vienen de la mano”. Y para Ulises, eso no puede ser así: tiene que haber una vocación.
Ser un buen médico no es ser un buen técnico u operar bien solamente. Es una condición sine qua non, pero es mucho más que eso.
Educar: mucho más que transmitir conocimientos
Desde hace un tiempo, Ulises está convencido de que educar es mucho más que transmitir conocimientos técnicos. “Tenemos que ser conscientes de que no solamente tenemos que ser buenos técnicos, sino también buenos profesionales”, complementó.
Y entre muchos factores que influyen, para él, hay dos aspectos claves. Por una parte, construir vínculos de confianza y respeto dentro del equipo médico. Por otra parte, hacer foco en el trato con los pacientes.
“Hay gente que viene de otros contextos sociales, que tiene otra educación y otras creencias. Por eso, es fundamental tomarse un tiempo para hablar con las personas, porque eso es lo que te acerca y lo que hace que tengan un buen momento”, manifestó.
“Muchas veces el tratamiento está en hablar con los pacientes”, añadió, debido a que conocer las problemáticas de las personas contribuye a aplicar mejores tratamientos. Pero, para Ulises, es crucial “transmitirles esas ideas a los estudiantes, porque estamos formando gente que nos va a atender a nosotros y que son parte del futuro”.
Una caja de herramientas
“Realmente estoy haciendo lo que quiero”, afirmó Ulises con relación a la realización del Master en Educación. Luego de las primeras clases, de hecho, lo está “recontra disfrutando”.
Los médicos tienen la tendencia a reunirse y a terminar hablando de medicina, según contó. Realizar el postgrado, por tanto, le está permitiendo conocer a gente distinta, con otras visiones, pero con una preocupación en común: la educación.
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Haber comenzado el Master le brindó la oportunidad de comprender otra perspectiva de los aprendizajes, así como entender que muchas de las tareas que realiza a diario, casi de forma intuitiva, tienen un marco teórico que las respaldan. Y no solo se está llevando nuevas herramientas y recursos, sino que está resignificando lo que venía haciendo de forma práctica en su experiencia docente.
Otra de las cosas que descubrió estas primeras clases del postgrado es ver a la didáctica como “una caja de herramientas” a ser aplicada en determinado momento y situación. “Poder elegir qué utilizo, es una de las cosas más importantes que estoy aprendiendo en ORT”, puntualizó.
Finalmente, le “abrió la cabeza” a nuevas visiones: “Esos diferentes aspectos que estoy conociendo de la educación son una de las cosas que más me gustan”. Ulises estaba preocupado por la enseñanza de estudiantes universitarios ―es decir, a quienes se dirige en sus clases―. Sin embargo, en esta etapa inicial de formación de maestría lo hizo darse cuenta de la profundidad de los temas educativos, que hay otras problemáticas y de lo relevante que es reflexionar sobre “lo complejo” que es educar.
Quiero volcar todo lo que estoy aprendiendo en el Master, en la práctica en medicina y en mis estudiantes.
¿Cuáles son las expectativas que Ulises tiene a medida que avancen los meses? “Muchas”, aseveró. Desde “crecimiento personal”, hasta obtener más conocimientos que pueda aplicar a la hora de dar clase para que sus estudiantes puedan aprender “más y mejor acerca de medicina”.
Cirugía robótica: el foco de su investigación
Durante el Master en Educación, Ulises estará desarrollando una investigación sobre la enseñanza de la cirugía robótica. En especial, se centrará en cómo hacer más eficiente dicho aprendizaje a cirujanos jóvenes ―con experiencia en cirugía laparoscópica― a través de la simulación.
“Hasta hace no muchos años, la cirugía se aprendía directamente en los pacientes. Incluso, se decía que un cirujano aprendía así: hoy te miro hacer un procedimiento, mañana lo hago yo, y pasado se lo enseño a otro”, indicó y añadió que “hoy es inaceptable ese tipo de aprendizaje”.
Es que, según explicó Ulises, la simulación es una herramienta clave, que permite que los estudiantes se lleven alrededor del 80 o el 90 % de los conocimientos. “Actualmente, los avances son tan grandes que podemos simular la mayoría de las situaciones, por lo que la mayor parte de las cosas se aprenden y se entrenan antes”, resumió.
Compromiso: eso es para mí una de las claves de la educación.
La historia detrás de la beca
Ulises estaba interesado en realizar una maestría en el área educativa y, especialmente, relacionada con la docencia. ¿La razón? Le generaba una gran curiosidad entender cómo ser docente en 2025, en un tiempo marcado por la inteligencia artificial.
Cuando le llegó un mensaje con el lanzamiento de la Beca Charlotte de Grünberg no dudó en postularse. “Me vino como anillo al dedo”, aseguró. Inmediatamente, se puso a buscar los papeles que pedían en las bases y a trabajar en el proyecto de investigación que tenía que presentar.
“Tenía una corazonada: algo me decía que podía entrar, pero no sabía cuánta gente se había postulado, y eso me generaba bastante ansiedad”, recordó, por lo que recibir la noticia de que había obtenido la beca fue un momento cargado de expectativa y emociones.
Durante el proceso, Ulises decidió interiorizarse en la vida de Charlotte de Grünberg, la directora general de la Universidad ORT Uruguay entre 1977 y 2024, cuyo legado da nombre a la beca que recibió.
Lo que descubrió lo marcó profundamente. “No la conocía, pero cuando empecé a leer su historia me pareció impresionante. Una persona de una grandeza enorme, sin resentimientos, sin ira, con un compromiso real con los demás”, subrayó.
Una frase de ella que escuchó, lo conmovió especialmente: “Decía que nadie le era indiferente. Y eso es lo que tiene que pasar en la educación: no podemos ser indiferentes al otro, a su vida, a su sufrimiento”.
Para el médico cirujano, esa idea resume el verdadero sentido de educar: comprometerse con el otro, integrar, incluir, formar desde el respeto por lo distinto. “La educación también es eso: una forma de familia, una caricia, una manera de no ser indiferente para formar más y mejor”, concluyó.