“¿Cómo fueron sus clases de música en el liceo?”, preguntó la Mag. Verónica Calcagno al inicio de la presentación de su libro El taller en la Educación Musical: estudio de las percepciones docentes y las prácticas de aula.
Con esa invitación a la reflexión, Calcagno dio comienzo al intercambio sobre los hallazgos más significativos de su obra —que surgió a partir de la investigación que desarrolló durante el Master en Educación de la Universidad ORT Uruguay—, cuyo objetivo fue dar conocer las percepciones de los docentes a cargo de la asignatura Taller de Música, así como estudiar las estrategias de enseñanza que se suelen implementar en las aulas.
Además de Calcagno, la presentación del libro contó con los aportes de la Dra. Gabriela Augustowsky, de la Mag. Andrea Tejera Iriarte y del Dr. Martín Rebour, quienes dialogaron acerca del valor de la publicación en el contexto educativo actual.
Varios hallazgos claves del libro
“El análisis de los datos evidencia que los docentes tienen una idea elaborada acerca del Taller de Música, sobre la cual proyectan sus prácticas en los diferentes contextos educativos”, aseguró Calcagno, quien explicó que dicha percepción interviene en la construcción de estrategias de enseñanza. “No es algo menor, porque el docente no es pasivo: es creador y es diseñador”, complementó.
La egresada se propuso indagar sobre las percepciones de los profesores debido a que, en sus palabras, ellos son “los grandes protagonistas de los cambios”. Sin embargo, ¿de dónde surgió su interés? Para ella, la clave está en la modalidad didáctica del taller, entendido como un espacio para hacer música en el aula, que amerita que los docentes usen y diseñen estrategias de enseñanza desde la praxis y no desde la teoría.
En su investigación —en la cual realizó entrevistas en profundidad a docentes de cuatro liceos públicos uruguayos— también halló una actitud crítica por parte de los actores investigados, quienes tenían demandas y requerimientos. Pero también advirtió la puesta en juego de la “creatividad de los docentes” para trabajar con los recursos existentes en los centros educativos pese a las dificultades concretas, como la existencia de espacios físicos poco acordes para las necesidades del taller o la falta de instrumentos musicales.
La identidad cultural en el Taller de Música fue otro de los descubrimientos de Calcagno, quien identificó una fuerte presencia de ritmos y géneros musicales uruguayos y latinoamericanos. De acuerdo con lo que expresó, las músicas populares circulan y están presentes en los talleres, lo cual constituye “una de las fortalezas de los docentes de música, que es necesario rescatar”.
“No se trata de hacer por hacer, sino de practicar músicas nuestras, solicitadas por los estudiantes, pero también guiadas por los docentes. Especies musicales vivas, consolidadas, que responden al desarrollo de la identidad”, resumió el miércoles 26 de abril, durante la presentación de su libro, que tuvo lugar en el auditorio del Campus Centro de la Universidad ORT Uruguay.
Un puente entre la academia y la escuela
“Hay que leer este libro”, aseveró la Dra. Gabriela Augustowsky, profesora de la Universidad Nacional de las Artes (Argentina) y profesora visitante del Instituto de Educación de la Universidad ORT Uruguay. ¿Por qué razones? “Es poco habitual la transparencia en que la autora explicita sus procesos, sus instrumentos, sus estrategias y sus modelos de trabajo”, manifestó. Asimismo, debido a que la obra establece “un puente entre la investigación académica y la praxis, que son universos que, a veces, están escindidos”.
Augustowsky, quien se desempeñó como tutora de la tesis de Calcagno durante la maestría, subrayó que, en ocasiones, se escucha decir que “la educación artística es europeizante”, ya que la tradición de enseñanza y los libros tienen una mirada europea. Por tanto, la investigación situada en América Latina y, precisamente, en Uruguay, resulta un “aporte enorme”.
También destacó dos elementos del proceso de Calcagno. Por un lado, el “trabajo exquisito” para cuidar las palabras del otro que, a su juicio, es “la parte del libro que late”. Por otro, la capacidad para acercarse empáticamente a los sujetos de la investigación pero, al mismo tiempo, de distanciarse para comprender los fenómenos, lo cual es una “doble condición muy difícil de lograr”.
“Es un aporte fundamental al campo de la educación sonora y musical, pero también a la investigación didáctica, desde una perspectiva no prescriptiva. Una didáctica poética, creativa, del descubrimiento”, concluyó.
Un insumo para el debate actual
“La publicación llega en un momento clave: estamos viviendo un cambio de programas educativos, así que es un trabajo que aporta a la reflexión del colectivo docente de música”, afirmó la Mag. Andrea Tejera Iriarte, inspectora de Educación Musical de la Dirección General de Educación Secundaria y estudiante del Doctorado en Educación de la Universidad ORT Uruguay. A pesar de que la obra analiza una propuesta curricular que ya no está vigente, indicó que brinda “muchos elementos para analizar la realidad y las prácticas de enseñanza, ya sea en secundaria o en formación docente”.
Otro de los hallazgos que hace reflexionar, para Tejera Iriarte, es que la mayoría de los docentes entrevistados coincidieron en que la formación del Instituto de Profesores Artigas —según la propuesta del plan 2006 (que se implementó hasta el año 2022)— no los preparaba para enseñar en la modalidad de taller. “Yo me pregunto, ¿y para la del 2023? Es bien interesante, porque interpela nuestras prácticas de enseñanza, al tiempo que da insumos para el debate actual”, puntualizó.
De la misma forma, Tejera Iriarte destacó que, cuando estaba realizando su maestría, la tesis de Calcagno fue “un antecedente muy importante”, ya que no existen muchos trabajos de investigación en educación musical “en la región y menos en Uruguay”.
“Los docentes tenemos que investigar”, sentenció la inspectora. Según lo que comentó durante la presentación del libro, la investigación es “un antes y un después en ese ser docente”. “Da más elementos para analizar con más claridad y nos brinda mayor fundamento a la hora de posicionarnos”, añadió.
El broche de oro de un proceso de formación
“La formación que recibí no es ajustada para el desarrollo de la modalidad taller”, aseguraron los entrevistados en el libro de Calcagno, un elemento que quedó resonando en el pensamiento del Dr. Martín Rebour, coordinador académico adjunto del Doctorado en Educación y del Master en Educación. La razón está en que, en su tesis doctoral, encontró que los docentes tampoco se sentían formados para utilizar las tecnologías. Y, sumado a ello, los informes del Instituto Nacional de Evaluación Educativa detallan que los profesores no creen contar con la formación necesaria para enseñar en la diversidad.
“El desfasaje entre la formación docente y los contextos, poblaciones y necesidades que enfrentan los estudiantes es terrible”, sentenció Rebour. Asimismo, destacó que la investigación “denuncia la transición” en la que el país se encuentra: “Un momento en el cual el paradigma desde que se construyó la educación que nos formamos, no está haciendo sentido ni está respondiendo a las necesidades de los estudiantes”.
Otro elemento que llamó la atención del coordinador adjunto fue el hecho de que algunos docentes se consideraban talleristas y otros no. Al respecto, señaló que mucha literatura sostiene que el gran desafío hoy es “bucear en la dimensión subjetiva para comprender las percepciones, creencias y miradas que se ponen en juego en las prácticas de enseñanza”. “Para entender qué está pasando con los docentes, más allá de la investigación cuantitativa, es necesario ahondar en las percepciones”, complementó.
“En un contexto tan complejo de la educación actual, que Calcagno pueda hacer su aporte como académica, desde la evidencia, creo que eso es de gran valor”, manifestó Rebour. “Realmente es un honor cuando los egresados no solo logran una investigación de calidad, robusta, sino que, con gran compromiso con la educación, van más allá y deciden difundirla y publicarla”, concluyó.