Desde las aulas uruguayas hacia el escenario global, el Dr. Gabriel Díaz Maggioli vuelve a dejar huella. En noviembre de 2025, TESOL International Association —la organización más influyente a nivel mundial, dedicada a la enseñanza del inglés como segunda lengua— eligió al docente del Instituto de Educación de ORT como su próximo presidente.
Su designación marca un hecho histórico: es el primer latinoamericano no residente en Estados Unidos en ocupar la presidencia en TESOL International Association: una red profesional que reúne a más de 13.000 miembros en más de 150 países, cuyo objetivo es impulsar el desarrollo profesional, la investigación y la cooperación internacional entre docentes de inglés.
Cuando comience su mandato en 2026, además, se convertirá en la primera persona en haber presidido tanto TESOL como la International Association of Teachers of English as a Foreign Language (IATEFL), otra de las grandes asociaciones globales en el campo.
En entrevista con Díaz Maggioli, reflexionó sobre este acontecimiento inédito, que marca un nuevo capítulo en el liderazgo global en el campo de la enseñanza de lenguas.
¿Qué significa haber sido electo presidente de TESOL?
Ser elegido presidente de TESOL es un honor enorme y una profunda responsabilidad. TESOL ha sido una comunidad que me ha acompañado a lo largo de toda mi carrera, ofreciéndome oportunidades de aprendizaje, de intercambio y de crecimiento.
Por eso, lo vivo no como un reconocimiento personal, sino como una oportunidad de servicio: de retribuir a la profesión lo que me ha dado, y de contribuir a que más docentes de todo el mundo puedan desarrollarse profesionalmente en condiciones equitativas.
Además, esta elección tiene un fuerte valor simbólico. TESOL cumple 60 años y, en todo ese tiempo, solo una persona latina había ocupado la presidencia: la Dra. Luciana de Oliveira, quien lleva más de tres décadas residiendo y trabajando en Estados Unidos.
Mi elección como primer latinoamericano no residente en Estados Unidos, inmediatamente después de la elección del primer presidente africano no residente, el Dr. Efion Okong, muestra un cambio profundo en la historia de la organización.
Es un reconocimiento de que el conocimiento y el liderazgo también florecen en el sur global, y que las pedagogías situadas tienen mucho que aportar a la enseñanza del inglés y al desarrollo profesional docente.
¿Cómo vivís el hecho histórico de haberte convertido en la primera persona en presidir tanto TESOL como IATEFL?
Lo vivo con alegría, humildad y gratitud. Haber sido parte activa de ambas organizaciones y ahora convertirme en la primera persona en haber sido electa para presidir ambas, me llena de esperanza.
TESOL e IATEFL son pilares del campo de la enseñanza del inglés. Que ambas hayan confiado en un profesional del sur global muestra que la comunidad internacional valora cada vez más la diversidad de perspectivas y trayectorias.
Este doble liderazgo simboliza un puente entre tradiciones educativas: entre el norte y el sur, entre los contextos de abundancia y los de creatividad en la adversidad. También expresa la necesidad de descolonizar la profesión. Es decir, de reconocer que las mejores ideas pedagógicas no nacen solo en los grandes centros académicos del norte, sino también en las aulas donde los docentes trabajan día a día, con recursos limitados, compromiso y pasión.
Mi aspiración es contribuir a un TESOL que escuche, aprenda y dialogue con todas las voces del mundo, especialmente con aquellas que históricamente han estado menos representadas o, incluso, marginadas.
¿Qué diferencia concreta sentís que podés aportar en TESOL, desde tu experiencia y trayectoria?
He dedicado mi vida profesional a la formación de docentes y al estudio de cómo aprenden y enseñan los profesores. Esa experiencia, que combina la investigación con la práctica, me permite tender puentes entre la teoría y la realidad cotidiana de las aulas.
Vengo de un contexto latinoamericano donde la innovación, muchas veces, surge de la necesidad, del compromiso ético y del ingenio colectivo. Desde esa perspectiva, promuevo una visión de la enseñanza que es constructivista, sociocultural y profundamente humana: el aprendizaje como proceso de mediación, de diálogo y de transformación.
En TESOL, quiero ayudar a consolidar un modelo de desarrollo profesional situado, contextualizado y equitativo, donde cada docente pueda reconocerse como creador de conocimiento y no solo como consumidor de teorías externas.
- También te puede interesar: “Gabriel Díaz Maggioli, el primer presidente latino de IATEFL”
¿Qué prioridades o proyectos te gustaría impulsar en TESOL durante tu presidencia?
Me gustaría centrar mi gestión en tres grandes prioridades. Primero, fortalecer el desarrollo profesional continuo, para asegurar que llegue a todos los docentes, sin importar su contexto o nivel de recursos. Para ello, trabajar mano a mano con las más de 116 filiales alrededor del mundo será clave.
Segundo, consolidar la dimensión de inclusión y justicia social en todas las acciones de TESOL, porque enseñar inglés también implica abrir puertas, no cerrarlas.
Y tercero, aprovechar las posibilidades de la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes para crear redes de colaboración que trasciendan fronteras y generen comunidades de aprendizaje sostenibles tanto en el tiempo como en el espacio.
Dentro de estos ejes, deseo impulsar un TESOL descolonial, que reconozca las pedagogías del sur no como curiosidades periféricas, sino como fuentes legítimas de saber y de innovación. Enseñar inglés puede ser una práctica liberadora si se hace desde el respeto por las culturas locales y desde la búsqueda de equidad global.
Mi meta es que TESOL sea un espacio donde esa conversación se haga visible y transformadora.
¿Qué legado te gustaría dejar en TESOL después de tu gestión?
Quisiera dejar un TESOL más conectado, más inclusivo y más consciente de su papel transformador. Una organización que celebre la diversidad de sus miembros y promueva el liderazgo docente en todos los niveles.
Si logramos que TESOL siga ampliando sus fronteras simbólicas —reconociendo que la excelencia profesional también se construye en el sur, que las epistemologías locales son valiosas, y que la enseñanza del inglés puede contribuir a sociedades más justas y colaborativas—, entonces sentiré que hemos dado un paso importante.
Mi aspiración final es que este momento sea recordado como un punto de inflexión: cuando TESOL comenzó a reconocerse verdaderamente como una comunidad global, plural y dialogante. Porque enseñar inglés, al fin y al cabo, no es solo enseñar una lengua: es ayudar a abrir puertas hacia otros mundos posibles.