Se trata de un postgrado de tres años de duración, que constituye un aporte sustantivo al desarrollo de los profesionales en el área de la educación, al alentar la investigación interdisciplinaria y al fomentar los estudios sistemáticos especializados.
“Estudiar un doctorado, más allá de ser el último grado académico de los estudios, es una gran experiencia de vida, un reto intelectual que puede dar un giro radical a nuestras vidas”, aseguró la Dra. Denise Vaillant, decana del Instituto de Educación y directora académica del Doctorado en Educación.
En sus palabras, sin duda recomendaría “cursar un doctorado porque involucra desafíos altamente motivadores y gratificantes”: “Es una oportunidad única para acrecentar las capacidades investigativas, para acceder a cargos académicos especializados y para transitar por nuevos conocimientos y retos intelectuales”.
La formación del Doctorado en Educación se orienta a fortalecer la competencia investigativa de los estudiantes, así como a desarrollar la capacidad de análisis e interpretación de los fenómenos educativos.
Prestigiosos docentes, tanto nacionales como extranjeros, garantizan una educación de excelencia. Académicos con una extensa trayectoria y formación –tanto en la docencia como en la investigación–, acompañan y apoyan a los futuros doctores durante toda su formación.