¿Por qué decidiste hacer tu pasantía en el Instituto de Educación de la Universidad ORT Uruguay? ¿Qué información tenías de la institución y de la educación uruguaya al momento de la postulación?
A nivel latinoamericano, Uruguay es un referente en temas de educación, por el Plan Ceibal y las diferentes políticas educativas que ha implementado, que han generado innovación y que han tenido muy buenos resultados a los ojos internacionales.
Por muchos años, he seguido la huella de Uruguay. Y, particularmente, de la Dra. Denise Vaillant, experta en formación docente y liderazgo educativo, que son mis áreas de estudio e interés.
Con mis estudios doctorales, se daba la posibilidad de hacer una estancia en otro país. Conociendo un poco de Denise y de la Universidad ORT Uruguay, averigüé más sobe la Universidad, sobre sus características y el prestigio que tiene en Uruguay.
Y siento que el Instituto de Educación maneja temáticas de mi interés, como ser el liderazgo educativo y el desarrollo profesional. Además, allí estaba trabajando Denise, una de las expertas que más admiro.
Hice la solicitud, sabiendo que en Uruguay venía a aprender muchísimas cosas, por la experiencia que ustedes tienen en el diseño de políticas educativas y de programas de innovación asociados a la formación docente.
Específicamente, ¿qué tareas desarrollaste en el Instituto?
El trabajo con el Instituto ha sido súper emocionante. Una frase muy tica, ¿verdad?, pero sí que ha sido muy bonito.
Primero porque fui asistente de un curso de liderazgo educativo, que coordinó la Dra. Denise Vaillant. Más precisamente, la materia Desarrollo Profesional Docente. Colaboré en el rediseño del curso, en el seguimiento de los participantes y en el desarrollo de las actividades sincrónicas.
También he tenido la oportunidad de trabajar con Denise en una investigación. Ahorita estamos elaborando un artículo y estoy bastante entusiasmada, porque justamente estamos abarcando temas de liderazgo y desarrollo profesional.
¿Qué diferencias y similitudes encontraste entre la formación uruguaya y la de tu país? ¿Y en relación a España, el país en el que estás haciendo tu postgrado?
La experiencia con los tres países ha sido muy interesante porque, en el caso de España, en lo que he profundizado es en el tema de la investigación académica, en comprender cómo funciona la educación superior y en cómo es la posición que tiene Europa en cuanto a la producción de conocimiento científico. Eso ha sido muy valioso para mí, desde el punto de vista de doctoranda.
Pero cuando yo tomé la decisión de comenzar un proceso a nivel doctoral, mi intención no era solo obtener un título académico –que por supuesto en mi país tendrá un impacto en mi carrera profesional–, sino que quería una experiencia más intercultural y tener la oportunidad de conocer otras experiencias educativas.
En el caso de Uruguay, ha sido bastante interesante, porque con la Dra. Denise Vaillant he podido conocer más de la realidad latinoamericana, desde otro punto de vista. Y eso me ha resultado muy valioso para poder pensar en estrategias de innovación para mi país y para ver su realidad desde una perspectiva distinta.
Si bien es cierto que ustedes llevan el liderazgo en muchos temas educativos, compartimos muchos retos, solo que en mayor o en menor medida, o con recursos distintos
Ha sido interesante la correlación entre las tres experiencias. Creo que eso es lo que hace realmente a un profesional académico, formado de manera integral, ¿verdad? Ver la teoría, aplicarla en función del contexto, y ver cómo generar soluciones a partir de un análisis comparativo. Creo que eso ha sido lo más rico de poder tener esta experiencia tripartita entre España, Costa Rica y Uruguay.
¿Cuáles son los retos educativos que Uruguay comparte con Costa Rica?
Los retos educativos que he visto en temas de liderazgo –que es el tema que, específicamente, trabajo– están relacionados con el desarrollo profesional. Justamente aquí en Costa Rica nos hemos centrado mucho en que la persona que dirige las instituciones educativas es alguien que hace administración. Se dedica a todo el trámite burocrático, a dar seguimiento a los profesores, a los entregables. Pero no como algo que menciona Denise y que me encanta, que es el liderazgo distribuido.
Y es que para que una institución educativa sea innovadora y tenga buenos resultados, debe tener una buena dirección, un personal docente altamente capacitado, así como una gestión junto a la comunidad educativa, para que todos en conjunto puedan llevar a los y a las estudiantes a un mejor resultado.
Curiosamente, cuando llego a hacer la práctica en el Instituto, me doy cuenta que ustedes comparten los mismos retos que en Costa Rica. Uruguay tiene las mismas necesidades que Costa Rica, con la salvedad de que ya está tomando decisiones particulares, en la formación de las y los directores.
Uruguay ya está haciendo programas más especializados para estos directores –que es parte del curso que desarrollamos–. La idea es dejar esa visión de la administración y pasar a ser un líder pedagógico. Eso ha sido uno de los aprendizajes más grandes que he tenido.
Y en el caso de Costa Rica, creo que es una lección aprendida que me llevo y que, por supuesto, me gustaría trabajar desde el Ministerio de Educación de Costa Rica y desde mi rol de consultora internacional en países de Centroamérica.
En ese sentido, ¿qué aspectos creés que se pueden potenciar en la formación de directores en Uruguay y en Costa Rica?
Creo que se debería posicionar muy bien este concepto que está utilizando el Instituto de Educación de la Universidad ORT Uruguay –a través de Denise y de sus investigaciones–, que es el liderazgo distribuido y el liderazgo pedagógico.
A Uruguay le queda por delante que ese sea un pendiente escalable. En otras palabras, que estos conceptos puedan llegar a la mayor cantidad de personas que sea posible. Y en el caso de Centroamérica, que traigamos esos conceptos tan pertinentes de liderazgo distribuido y pedagógico, y empecemos esos procesos de capacitación en los que ustedes ya han avanzado.
Si bien son realidades distintas en cuanto a recursos, a la forma de ser de las personas, y a la idiosincrasia, las necesidades educativas son las mismas, ¿verdad?
Yo creo que la pandemia, al final, vino a dejar en claro que somos una comunidad global. Y que son los recursos y la idiosincrasia lo que marca las diferencia, pero los retos son los mismos. En mayor o en menor escala. Con mejores o peores soluciones
Entonces, ha sido muy interesante. Porque es traer esa experiencia, y verla en función de realidades distintas. También pasa con España... Yo fácilmente también podría trasladar ese aprendizaje que tengo a España y a sus necesidades. Y cada quien las está resolviendo de formas distintas, pero las necesidades son las mismas. Es bastante interesante.
En cuanto a la estancia internacional, ¿cuál es el balance que hacés de la experiencia? ¿Cuál es el aporte que crees que dejás en el Instituto y qué es lo que te llevás?
Creo que de la experiencia me llevo mucho. Por ejemplo, el tiempo compartido con una persona como Denise, que admiro muchísimo, desde hace muchos años. Yo leí sobre ella desde el 2011. Y de pronto, me encuentro trabajando con ella. Es como un sueño hecho realidad. Entonces, yo me llevo ese gusto, ese privilegio a nivel personal.
A nivel de trabajo con ella, como directora académica y especialista, ha sido muy interesante porque estamos generando artículos juntas y vamos a hacer estudios comparativos entre Costa Rica y Uruguay.
A lo largo del curso y a lo largo de la estancia, he tenido la oportunidad de compartir mis lecciones aprendidas en cuanto al diseño de cursos en línea y a mi experiencia en el manejo de la tecnología y de la innovación educativa.
Y creo que esto va a tener un impacto bastante interesante y positivo en relación a cómo se diseñan los cursos en el Instituto –con ideas que vienen de la experiencia costarricense y que yo he tenido, gracias a los diversos proyectos que he manejado–.
Fui aportando esta visión diferenciada de cómo hacer cursos en línea, de cómo aplicar algunos principios de innovación educativa. Se lo he ido comentando a Denise y ella lo ha recibido bien e, incluso, ya los hemos ido implementado en el curso.
A nivel de las personas que participaron en ese curso, creo que han disfrutado tener una tica con ellos. Porque, por supuesto, tenemos formas de ser distintas, pero hemos logrado hacer equipo. Me sentí muy acogida con las personas del curso. Fui muy bien recibida, de manera muy cálida por los participantes.
Y creo que ha sido una experiencia muy bonita para ellas y ellos tener una persona de otro país, que les pudiera dar retroalimentación con respecto a sus trabajos e ideas.
¿Cuál crees que es el valor y la importancia de tener la oportunidad de desarrollar una pasantía como esta? ¿La recomendarías a otros estudiantes?
2000 %, porque es una experiencia académica, personal, cultural, profesional. O sea, creces en todos los sentidos.
Un día de estos estaba mirando un proyecto porque, como trabajo como consultora, siempre estoy observando ofertas que salen alrededor del mundo. Y justo una parte del proyecto decía: “Menciona su experiencia en otros países o con proyectos de otros países”. Y ahora yo puedo mencionar una experiencia en el Instituto de Educación y en la Universidad ORT Uruguay.
Y eso te da un valor muy importante en el curriculum y te da la oportunidad de disfrutar de cosas fuera de tu país, que van a tener un impacto muy importante en tu carrera profesional y académica. Eso por un lado. Por el otro, los aprendizajes: saber más de educación y poder conocer diferentes sistemas educativos, que es el tema que me apasiona.
Una de las cosas más importantes, que jamás le quitaría valor, es la posibilidad de conectar con personas que van a ser amigas para la toda la vida. Voy a poder recordar que tuve la oportunidad de ser profesora asociada con personas de Uruguay, que disfrutaron y que hicimos lazos.
Ese intercambio cultural, a veces presencial y a veces virtual, es importantísimo porque nuestro cerebro, nuestra mente, nuestro corazón, nuestra cultura se abre y aprendemos muchísimo y mejoramos como personas y como seres humanos. Entonces, sin duda, yo lo recomendaría y podría decir que esto es como un sueño cumplido