Dicha conclusión se desprende de su tesis titulada “Percepciones de los docentes sobre las condiciones laborales y su impacto en la salud y en el desempeño de su tarea: la visión en un centro de la DGETP”, que buscó conocer las percepciones de los docentes sobre las condiciones de trabajo, en un centro educativo de Montevideo perteneciente a la Dirección General de Educación Técnico Profesional (DGETP).
Más precisamente, el estudio de Trillo tuvo como objetivo establecer cómo las percepciones sobre la actividad laboral impactan en el desempeño en el centro, así como determinar en qué medida los docentes perciben que los aspectos organizativos de la institución influyen en su salud.
Las nuevas demandas de la profesión docente, las condiciones de trabajo y las expectativas de logro y crecimiento pueden profundizar situaciones de malestar y estrés. Pero también puede redundar en cansancio, ansiedad, irritabilidad, angustia, ausentismo docente, falta de compromiso y baja en el rendimiento.
Por tanto, Trillo se preguntó: ¿cuáles son las percepciones de los docentes sobre las condiciones de trabajo en una institución de educación técnico profesional de Montevideo? ¿Los docentes consideran que la actividad desarrollada constituye un riesgo potencial para su salud? ¿Qué factores laborales tienen un impacto a nivel psicosocial? ¿Cómo la pandemia afectó las condiciones de trabajo de los profesores?
Los principales estresores de los docentes
Problemas musculares, gastrointestinales y de columna son las principales afecciones que los docentes dijeron haber sufrido en los últimos doce meses, de acuerdo con la tesis de Trillo, seguido de disfonías, hipertensión, obesidad y tendinitis. ¿Por qué sucede esto?
“Son varias las características de la actividad laboral de los docentes que son percibidas como que impactan en su trabajo en el centro”, afirmó la egresada del Master en Educación. Uno de los principales aspectos mencionados fue el multiempleo. Trabajar en más de un centro, con distintos grupos y estudiantes, es identificado como un elemento que causa estrés y que repercute en la calidad educativa.
Es que, en promedio, la mayoría de los docentes trabaja en dos o tres centros educativos semanalmente y tienen a cargo entre 100 y 200 estudiantes entre todos sus grupos de clase. En ese sentido, el multiempleo, sumado a la cantidad de horas trabajadas semanalmente, el número de centros educativos en los que se desempeñan, el traslado entre los mismos, y la sobrecarga de trabajo, no les permite a los docentes destinar el tiempo y la dedicación que les gustaría para atender a los estudiantes.
La percepción de los docentes es que a mayor trabajo aumenta el nivel de estrés y el sentimiento de sentirse desbordados.
Trillo optó por desarrollar una investigación con metodología mixta, en la cual realizó 12 entrevistas y 171 encuestas a docentes de educación media profesional y tecnológica de la institución seleccionada.
Según la información que pudo obtener, 75 de los 171 docentes encuestados tenía un total de entre 41 y 50 horas de clase semanales. Por lo que, a su entender, percibieron “tener una gran carga de trabajo”, producto de requerir “aumentar la cantidad de horas a trabajar para tener un salario digno”.
Los docentes, además, definieron a la profesión como “demasiado burocrática”. El desarrollo de actividades administrativas —como la elección de horas, la realización de planificaciones o la coordinación de horarios— fue visto como una situación que requiere de tiempo extra, lo que genera un aumento del cansancio y, por ende, repercute en el desempeño docente.
Finalmente, también opinaron que el trabajo debería ser más valorado socialmente y que la remuneración debería ser mayor.
El desarrollo de las distintas actividades administrativas, la inestabilidad laboral producto del sistema de elección de horas, la organización de los horarios de clase y el funcionamiento del sistema educativo en general fueron los principales factores estresores de los docentes.
Soledad y gestión
“Hay un sentimiento de soledad, de trabajar muy solos en el cotidiano respecto al equipo de gestión del centro educativo”, expresó Trillo. De acuerdo con lo que le manifestaron, cuando los docentes necesitaron plantear algún inconveniente, no lograron concretar una comunicación efectiva. Y, en los pocos casos que pudieron comunicarse, no hubo una resolución efectiva del problema.
La egresada también notó la falta de lineamientos claros y orientación por parte del equipo de gestión y de la inspección, lo cual contribuyó a aumentar el sentimiento de soledad. “La falta de apoyo es visto como algo muy negativo por parte de la literatura, porque forma parte del clima organizacional y eso va de la mano de la satisfacción laboral”, complementó.
Al mismo tiempo, los docentes declararon que las condiciones de higiene eran “inadecuadas” y que las condiciones de infraestructura del centro educativo estaban “muy desmejoradas”. Puertas y ventanas que no cerraban, vidrios rotos, falta de aislamiento acústico y de acondicionamiento técnico, falta de higiene, fueron algunos de los aspectos señalados con mayor énfasis como elementos que estaban afectando las condiciones laborales.
Además, la falta de recursos tecnológicos generó un impacto negativo en la salud de los docentes. No había acceso a TV y PC en muchos salones, lo que “confluía en una limitación de los recursos tecnológicos” y redundaba en el “uso del pizarrón y el marcador”.
El sistema educativo parece ser la razón de algunos problemas en las condiciones de trabajo de los docentes. El pedido va dirigido a las autoridades, quienes deberían de generar todas las condiciones laborales para que el docente dedique su tiempo al proceso de enseñanza y de aprendizaje.
A pulmón
Sin embargo, Trillo no encontró mayores problemas en la interacción entre los colegas: “En algunos casos, parece ser la razón por la que los docentes, a pesar de las condiciones de infraestructura y materiales, continúan eligiendo ese centro educativo”.
“Es todo muy a pulmón”, “tratamos de buscarle la vuelta” e “intentamos hacer lo mejor para el estudiante”, fueron algunas frases que más le repitieron, lo cual resumió el sentimiento general de los docentes, de tratar de sobreponerse a las dificultades por los estudiantes. De hecho, en las entrevistas, destacó que le comentaron lo “placentero que era trabajar con los estudiantes” y que esa era una las “pocas cosas que colma las expectativas del trabajo”.
“Los docentes tienen percepciones claras de cómo sus condiciones de trabajo influyen en su situación laboral y salud. En base a ello, la mayoría trata de encontrar estrategias que permitan reacomodarse diariamente para que impacten lo menor posible en su desempeño y salud”, se especifica en la tesis.
“Esta investigación me pareció una oportunidad maravillosa de poner en relieve lo que los docentes sienten y cómo, en algunos casos, con condiciones precarias, sacan adelante a los estudiantes”, sentenció Trillo.
Las consecuencias de la pandemia
Al realizar su trabajo durante la pandemia, Trillo también se propuso estudiar el impacto del COVID-19. Al respecto, la utilización de las TICs fue una de las principales dificultades identificadas.
“Aproximadamente la mitad de los docentes que participaron en la investigación dijeron no tener manejo de las TICs”, precisó, aunque también aclaró que fue compensado por el apoyo de los colegas, que brindaron contención y soporte en el periodo de no presencialidad —no así las autoridades, tanto del centro educativo, como externas—.
“Una enseñanza que dejó la pandemia, para muchos docentes, es que tenían muchas cosas para aprender, ya que no tenían las herramientas necesarias para desarrollar el trabajo, lo que generó la necesidad de adaptarse a la nueva situación”, resaltó Trillo.
Otra problemática fue la carencia de dispositivos electrónicos y la falta de conexión a internet por parte de los estudiantes. Además de la incertidumbre y el confinamiento provocado por la situación sanitaria, se sumó como factor estresante la falta de interacción directa entre docentes y estudiantes, así como entre colegas.
“Durante la pandemia, la sobrecarga de trabajo a la que estuvieron expuestos los docentes por tener que adecuar sus clases a lo digital, no tener lineamientos claros con respecto al equipo de gestión y no tener dispositivos, generó una gran recarga”, resumió la egresada.