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“La tecnología, en los niños chiquitos, llegó para quedarse”

16/03/2023
La Dra. Celia Rosemberg, directora del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental, reflexionó sobre la importancia de potenciar la alfabetización temprana, el papel de los libros de cuentos y los cambios que la pandemia provocó en el aprendizaje de los niños.
https://youtu.be/Hr5ob6iRmfU
  • ¿Cómo potenciar la alfabetización y el desarrollo del vocabulario, en la educación inicial, pero también en los hogares?

    El desarrollo temprano de la alfabetización y del lenguaje oral es muy relevante, porque es una parte importante del desarrollo integral de los chicos: está profundamente interrelacionado con el desarrollo cognitivo y también con el desarrollo socioemocional.

    Todos los hogares son oportunidades para el desarrollo de los chicos
    . Y, en ese sentido, es muy importante, sobre todo en ciertos grupos en que los adultos han tenido menos oportunidades educativas, el trabajo en conjunto y mancomunado de la educación inicial con las familias y los hogares.

    Desde los jardines de infantes se pueden hacer talleres de alfabetización familiar, donde se le muestren a los padres situaciones específicas. Por ejemplo, situaciones de lectura de cuentos o de juego dramático, que tienen el potencial de mejorar mucho el desarrollo de los chicos.

    Los niños empiezan a aprender el lenguaje prácticamente desde que son muy chiquititos, casi desde que nacen. En el primer año de vida, antes de que puedan producir las primeras palabras, empiezan a entender. A los 6 u 8 meses, dan muestras de reconocer algunas palabras, de dirigir la mirada cuando les hablan. Y todos esos aprendizajes tienen lugar casi naturalmente en el contexto de las conversaciones.

    Pero hay formas específicas de interacción, que lo pueden promover en mayor medida y que tienen que ver con la posibilidad de ser responsivos a los comentarios de los chicos. Retomar las palabras que dicen los niños, buscar expandirlas, denominar las cosas a las que se refieren, focalizarse en aquello que despierta el interés de los niños.

  • ¿Cuál es el papel de los libros de cuentos en la alfabetización tempana de los niños? ¿Qué recomendaciones harías para aumentar sus beneficios?

    La situación de lectura tiene que estar enraizada en una conversación. De lo que se trata es de leerle los cuentos a los chicos, conversar sobre el texto leído y mostrarles las ilustraciones.

    Es muy importante que las lecturas sean frecuentes y que los cuentos se lean una y otra vez a lo largo del tiempo. No se trata de que siempre sea un cuento distinto. Por el contrario, leer un cuento varias veces contribuye al aprendizaje del sistema de escritura, porque los chicos pueden ver las palabras, se aprenden el texto casi de memoria, entonces pueden predecir lo que va a pasar y participar más activamente en la situación de lectura.

    El cuento, aparte de introducir las palabras escritas, introduce otros mundos, que son menos familiares para los niños. Aprenden un gran cumulo de vocabulario que, si está mediatizado por el adulto (es decir, si el adulto explica las palabras que pueden ser menos familiares para los chicos), contribuye en gran medida al desarrollo del vocabulario, que después va a tener un impacto importante en la alfabetización.

    Está demostrado que los chicos, que a la edad de 5 años tienen un vocabulario más amplio y diverso, son los que acceden más fácilmente al sistema de escritura. Y son los chicos que, cuando están en 3.er o 4.o grado de la escuela primaria, y tienen que leer, comprender, y producir textos en la escuela, cuentan con el vocabulario de base para poder hacerlo.

    Asimismo, es muy importante la acción del jardín de infantes, que interactúa con las familias, facilita los libros de cuentos —para que haya en todos los hogares— y tiene el potencial de mostrar estrategias específicas. Yo hablo de la sutileza de las estrategias de interacción, porque no da lo mismo hacer una pregunta que otra. No da lo mismo retomar las palabras del niño, que no retomarlas.

    La idea es que todas las estrategias, que se desarrollan en una situación hibrida —porque hay un texto escrito y, a la vez, está inmerso en una conversación— con referentes muy familiares, —la mamá, el papá, los hermanos o los abuelos—, después se transfieran al aprendizaje y a la lectura y escritura autónoma de textos escritos.

  • ¿Cuál es tu opinión respecto a los libros digitales para niños, en contraposición a los libros en papel? ¿La evidencia muestra una diferencia respecto al soporte?

    En particular, mi equipo no ha hecho investigaciones al respecto. Lo que sí te puedo decir es que nosotros hemos tomado pruebas de desarrollo de vocabulario. Dicho de otra forma, pruebas donde el chico ve dos imágenes, escucha la palabra y tiene que indicar cuál es la imagen que corresponde a la palabra que escuchó. La prueba informatizada, es decir, una tableta electrónica genera mucho más compromiso de parte del niño, mucha más motivación, que la prueba en formato libro.

    Depende de cuál sea el formato digital que se esté usando, pero si es un formato interactivo, donde el niño tiene algún tipo de retroalimentación, pueden generar mucho compromiso y ser muy productivo. Hay un componente de todo aprendizaje, pero en particular de la alfabetización, que se vincula con la motivación: los aspectos motivacionales también son muy importantes.

  • ¿Cuál es la importancia del juego, en particular, en el desarrollo del lenguaje y, en general, en el aprendizaje de los niños?

    El juego puede convertirse en una situación de alfabetización. Por ejemplo, el juego dramático: cuando usan un objeto para representar otra cosa. Para ilustrar, los chicos usan una palangana o un balde para hacer como que es la bañera de un bebé. Entonces tienen que usar una forma muy explicita del lenguaje, donde hay lenguaje más complejo.

    El juego compartido con otros hace que los chicos redefinan los roles de los objetos. Tienen que armar una trama narrativa, que los lleva a usar formas de lenguaje más complejas. Y esas van a ser las formas con las que se enfrenten luego en las situaciones de lectura y de escritura.

  • El COVID-19 generó una serie de cambios en toda la sociedad. Luego de la pandemia, ¿cuáles son los cambios que están viendo respecto a la alfabetización de los niños?

    Surgieron observaciones informales, de parte de muchos docentes, en relación con que los chicos llegan a los jardines de infantes o a las escuelas hablando menos o con un nivel más bajo del esperado en términos de vocabulario. Hay que pensar que, en Argentina, hubo más tiempo en que los niños estuvieron en sus casas y sin asistir a las escuelas. Eso redujo, en gran medida, las interacciones con los pares y con la familia extensa. Y está mostrado que son muy buenas para el aprendizaje.

    En el caso de la alfabetización, el acceso al sistema de escritura se vio perjudicado. Afecta a los niños y a las familias en función de las oportunidades que los hogares tienen, separadamente de las escuelas. En Argentina, hay chicos que están en 2.o o 3.er grado, que realmente no escriben nada.

    Y después han pasado cosas que tienen que ver con el uso de la tecnología, que empezamos a investigar. Contextos de interacción que se generaban cuando un niño agarraba una tablet y tenía un intercambio sincrónico con un abuelo. O cuando estaba escuchando un cuento en un dispositivo y haciendo alguna actividad que le habían enviado desde el jardín.

    Yo creo que la tecnología, en los niños chiquitos, llegó para quedarse. Y eso no tiene por qué ser malo. Puede ser bueno, dependiendo de las condiciones que se generen en los entornos, para que esa situación sea capitalizada y productiva para el desarrollo de los chicos.

    La pandemia generó situaciones muy complicadas a nivel educativo y son cuestiones que hay que atender. En Argentina, hay que recuperar mucho del tiempo perdido, haciendo sobre todo un trabajo de más calidad y más intenso.

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