A pesar de que los profesores con más experiencia utilizan las tecnologías con mayor frecuencia, la habilidad digital para promover la modelación matemática disminuye con la experiencia docente. En otras palabras, los colectivos más jóvenes muestran una mayor capacidad para la modelación.
Sin embargo, la habilidad digital y la frecuencia con la que los docentes utilizan las herramientas tecnológicas no depende del género, de la institución donde se desempeñan ni si es una organización pública o privada, de acuerdo con lo que pudo comprobar Gustavo Bentancor, egresado del Doctorado en Educación, en su tesis titulada Modelación matemática: estrategias de enseñanza con herramientas digitales en el Ciclo Básico de Educación Media de Montevideo-Uruguay.
El miércoles 27 de julio, en el auditorio del Campus Centro de la Universidad ORT Uruguay, defendió de forma presencial su trabajo final de egreso. En dicha oportunidad, además de detallar las principales características de su investigación, enumeró los hallazgos más relevantes de la tesis doctoral.
El estudio de Bentancor tuvo como propósito explorar, identificar y analizar las estrategias de enseñanza que despliegan los docentes de matemática, con herramientas digitales, para promover la modelación matemática, en el aula de ciclo básico de Educación Media de las instituciones de Montevideo.
Uno de los grandes aportes de la tesis de Bentancor fue el modelo SEIAM: una propuesta explicativa e interpretativa, que le permite a los docentes de matemática conocer el grado de apropiación de las herramientas digitales. En ese sentido, el egresado propuso cinco niveles:
- Suplantación: el uso de la tecnología es meramente instrumental. Su función es reemplazar lo que se puede hacer con un lápiz y papel, para llevarlo adelante de forma digital. Fundamentalmente, implica utilizarla para ejercitar algoritmos de cálculo aprendidos.
- Exploración: aquí las herramientas cobran otro protagonismo, dado que el docente las maneja para que los estudiantes puedan visualizar determinado concepto matemático o comprobar un resultado.
- Incorporación: se identifica un uso específico para el trabajo matemático, así como para la matematización de situaciones problemáticas. Los docentes utilizan la tecnología para encontrar representaciones algebraicas, gráficas y tabulares.
- Ampliación: la tecnología transforma significativamente la tarea de modelación de las situaciones problemáticas. Las tareas asociadas a este nivel posibilitan una mayor comprensión de los contenidos puestos en juego para resolver un problema.
- Maximización: las herramientas digitales se utilizan para crear nuevas actividades y ambientes de aprendizaje que sin su uso sería imposible. Por ejemplo, involucra las actividades asociadas a la realización de demostraciones geométricas y algebraicas visuales o la simulación de movimientos.
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Al mismo tiempo, Bentancor dividió el modelo en tres grandes capas: reconocimiento, avance y cambio. La primera capa está formada por los dos primeros niveles (suplantación y exploración) y, como indica su nombre, tiene como propósito reconocer los conceptos matemáticos propuestos por el docente, a través de la mediación de la tecnología digital.
La segunda capa está integrada por el nivel de incorporación, e implica un avance en la inclusión de las herramientas digitales para el logro de los aprendizajes. Finalmente, la última capa (integrada por el nivel de ampliación y maximización) tiene la característica de que la tecnología transforma las actividades de enseñanza.
La tesis de Bentancor muestra que, a pesar de que los docentes buscan “contribuir a que los estudiantes tengan una mejor comprensión de los conocimientos matemáticos”, predominan en sus prácticas un uso instrumental “fuertemente asociado a la ejercitación de algoritmos y a la visualización y comprobación de resultados”.
Bentancor optó por un enfoque mixto para su investigación: realizó 16 entrevistas en profundidad, observaciones no participantes de cuatro docentes, así como una encuesta digital a 212 profesores. Sobre esta última técnica, en una pregunta, el egresado les solicitó que detallaran propuestas de enseñanza con herramientas digitales, que promovieran la modelación matemática —y que hayan sido desarrolladas en algún curso de ciclo básico—.
Luego de obtener más de 300 actividades, las ubicó en las distintas capas del modelo SEIAM. Si bien los docentes declararon un mayor uso de actividades de avance y cambio, la tesis permitió visualizar que, casi un 70 % de los docentes utilizaban actividades de la capa reconocimiento y que tenían habilidades básicas en cuanto a la tecnología.
“La observación de clase refuerza esta idea. Hay diferencias entre el discurso (prácticas constructivistas) y lo que se hace (actividades para la modelación, pero con un uso muy incipiente de la tecnología)”, explicó Bentancor.
En sus palabras, la capacidad de los profesores para promover el uso de modelos con la herramienta digital, en general, es “limitada”. Y eso tiene consecuencias, debido a que los hace “más consumidores de material ya hecho”, que diseñadores de su propio material.
Las prácticas con tecnologías digitales que despliegan los docentes principalmente están enfocadas al trabajo en situaciones problemáticas del dominio intramatemático, relegando las actividades que conectan la materia con el entorno de los estudiantes.
“Hay una brecha, que da para trabajar”, reflexionó Bentancor. ¿Cómo? “El quid de la cuestión está en los espacios de formación docente”, indicó. A su entender, hay que hacer que la tecnología esté presente en la didáctica de todas las materias y no “reservada a una asignatura”, ya que, en general “luego, uno enseña como aprende”.
“Después es muy difícil avanzar hacia un uso con sentido pedagógico de la tecnología porque las habilidades digitales son básicas y porque las experiencias formativas fueron extremadamente tradicionales e incipientes”, afirmó.
El tribunal de la defensa doctoral de Bentancor estuvo integrado por el Dr. Eduardo Rodríguez Zidán, docente e investigador del Instituto de Educación de la Universidad ORT Uruguay; la Dra. Alejandra Balbi, profesora del Departamento de Educación de la Universidad Católica del Uruguay; y el Dr. Erik Caseres, coordinador de Tecnología Educativa y catedrático asociado de Matemática de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay.
El Dr. Pablo Rivera Vargas, profesor lector del Departamento de Didáctica y Organización Educativa y miembro del grupo de investigación Esbrina de la Universitat de Barcelona (España), y el Dr. Martín Solari, catedrático asociado de Ingeniería de Software de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT Uruguay, se desempeñaron como directores de tesis.