En esta línea, el 25 de mayo tuvo lugar una extraordinaria clase en el metaverso, dictada por el Mtr. Fabián Barros, como parte de la asignatura Tecnologías aplicadas a la creatividad, del Master en Creatividad, Innovación y Comunicación de la Escuela de Postgrados y Actualización Profesional.
Una clase en el metaverso
Esta clase en el metaverso, un entorno virtual tridimensional que ofrece una experiencia inmersiva única, se desarrolló en la plataforma Spatial, con resultados fueron sorprendentes.
De la mano del artista Fabián Barros (@fabstudio) —Máster en Artes Digitales por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de la República y coordinador académico de la Licenciatura en Diseño, Arte y Tecnología— se convocó a los estudiantes a sumergirse en un entorno virtual inmersivo que permite a los usuarios interactuar con objetos y personas virtuales en un espacio tridimensional.
La dinámica de esta innovadora actividad fue diseñada con gran cuidado para aprovechar al máximo las capacidades del metaverso. Desde el principio, quedó claro que esta experiencia no pretendía replicar una clase presencial, sino ofrecer un enfoque más lúdico y dinámico, elementos que hacen a la propia genética de este escenario.
En diálogo con el Lic. Fabián Barros, MA, el docente enfatizó en que la interacción en el entorno virtual requiere habilidades diferentes y que es esencial adaptarse a la naturaleza única de este espacio.
La actividad comenzó con la creación de una experiencia inmersiva previamente diseñada en Spatial. Los estudiantes recibieron instrucciones sobre cómo acceder al entorno virtual y explorar el espacio preparado específicamente para la clase. El docente destacó el arduo trabajo de diseño arquitectónico virtual, la construcción de elementos narrativos y la creación de una atmósfera envolvente.
Una vez que todos los estudiantes se unieron a la plataforma a través de Zoom, utilizando esta herramienta como soporte para la comunicación auditiva, se dio inicio a la experiencia.
Experiencias educativas en el metaverso
El primer escenario fue un auditorio virtual, donde cada estudiante tenía un avatar personalizado. Aquí, el docente impartió los conceptos teóricos sobre el metaverso y la dinámica de la clase a través de una proyección en el auditorio 3D.
El uso de tecnología permitió combinar elementos visuales y presentaciones en pantalla, enriqueciendo la experiencia educativa aún más. Tras la instancia teórica, la clase se adentró en lo que tanto los estudiantes como el docente consideraron “la parte más emocionante”: las experiencias dentro del metaverso.
En este sentido, Barros señaló que se realizaron al menos tres actividades diferentes, cada una diseñada para fomentar la interacción y el aprendizaje práctico. Una de ellas fue una “caza del tesoro” en el estudio virtual de Fabián Barros, donde los estudiantes debían buscar pistas y palabras ocultas en un mapa virtual para desentrañar un enigma. El ganador fue recompensado con una botella de champán virtual gigante, un objeto especial que el estudiante ganador podrá ostentar y disfrutar en el metaverso.
Posteriormente, se visitó la galería de arte digital de Fabián Barros, donde se presentó su trabajo en diversos medios. Los estudiantes tuvieron la oportunidad de brindar comentarios y participar en un enriquecedor intercambio.
Luego, se emprendió un paseo de exploración por diversos mundos y espacios dentro de Spatial, incluyendo una visita a un sitio de promoción de la ciudad de Kyoto, donde se pudo interactuar con otras personas y conocer más sobre la cultura japonesa.
La aventura continuó con la visita a un espacio diseñado por un talentoso joven de tan solo 14 años. Allí, se encontraron juegos y elementos sorprendentes, demostrando el alto nivel de programación y creatividad presente en el metaverso. Por último, se recorrió una ciudad inspirada en las criptomonedas, donde, entre otras cosas, los estudiantes disfrutaron de un paseo en carritos de golf por sus calles virtuales.
Al finalizar la experiencia, se realizó una breve instancia de evaluación y comentarios, donde los estudiantes expresaron su entusiasmo y gratitud por esta innovadora forma de aprendizaje. “Algunos estudiantes se inspiraron tanto que, incluso antes de la clase, crearon sus propios espacios dentro del metaverso, personalizándolos y añadiendo elementos a su gusto”, refirió Barros.
La clase en el metaverso fue un claro ejemplo de cómo la educación puede adaptarse a las nuevas tecnologías y aprovecharlas para generar experiencias de aprendizaje inmersivas y estimulantes. Aunque se aconseja que este tipo de experiencias no excedan los 40 minutos, esta clase se extendió durante tres horas, lo cual habla del impacto y la accesibilidad de la plataforma Spatial.
El metaverso se perfila como el futuro de la interacción y la educación virtual. A medida que más docentes y estudiantes exploran estas posibilidades, se abren infinitas oportunidades para transformar la forma en que aprendemos y enseñamos. La clase en el metaverso no solo fue una experiencia memorable, sino también un paso adelante hacia una educación más emocionante, envolvente e interactiva.