La docente María del Carmen Azpiroz, de 33 años de edad, vive una experiencia única enseñando en aquellas lejanas tierras. Aprecia mucho lo que le enseña esta experiencia: "luego de vivir en varios países y trabajar con distintas culturas siento que lo que tenemos de similar es mucho más importante de lo que nos diferencia". En 2010 Azpiroz obtuvo el Master en Educación del Instituto de Educación de la Universidad ORT Uruguay, con el cual complementó su formación previa en Psicología.
Como particularidad de su primer año en China remarcó el hecho que los estudiantes puedan aprender español cantando, “ya que las canciones transmiten la cultura y también tienen el beneficio de mejorar la pronunciación y la fluidez de la lengua”. Durante el receso de los estudios en Harbin la docente volvió a Uruguay, oportunidad en la cual relató sus vivencias durante su primer año académico en China:
- ¿Cómo surgió la oportunidad de ir a enseñar a la HNU?
- Me encontraba trabajando en Hong Kong desde 2009 en una escuela de lenguas donde, entre otras tareas, había organizado un programa de español. Al mismo tiempo estaba terminando el Master en Educación del Instituto de Educación de la Universidad ORT Uruguay, la cual —junto a HNU— comenzaron a gestionar un programa de intercambio. Cuando vine a Montevideo a defender la tesis, decidí postularme; me mudé a Harbin en setiembre de 2010.
- ¿En qué consiste el Programa de Español?
- El programa se abrió por primera vez en 2010 con la participación de Mariana Piazze, docente de la Universidad ORT Uruguay, quien viajó a encontrarse con el equipo de español (de la universidad china) y luego viajé yo a implementar esa primera idea. Los estudiantes chinos estudian español durante cuatro años (el tercero de ellos lo cursarán en Uruguay), luego vuelven a China y se reciben. Además de las competencias lingüísticas habituales: oral, comprensión auditiva, escrita y lectora, enseñamos cultura de América Latina, literatura, español comercial, español en los medios, entre otros.
Trabajamos con los estudiantes y también lo hacemos con los docentes chinos que enseñan español en lo que tiene que ver con el perfeccionamiento de sus competencias lingüísticas. Es sorprendente el hecho que la mayoría de estos docentes hablan un excelente español sin haber salido jamás de China.
También tenemos el proyecto de desarrollar la enseñanza del chino en nuestra universidad y para ello contar con profesionales chinos que son fundamentales de cara al futuro.
- ¿Por qué quiso ir a enseñar a China?
- Cuando decidí ir a China por primera vez pensé que era una oportunidad genial para conocer un país que está jugando un papel tan importante en el mundo actual, lo cual anticipa lo que será en el futuro. Como psicóloga, pero también como educadora, me pareció fascinante poder conocer esa cultura y, luego de vivir en Hong Kong (con su enorme influencia occidental, especialmente inglesa), sentí que Harbin era la manera de poder conocer aún más profundamente la cultura china. La provincia de Heilongjiang (cuya capital es Harbin) tiene toda la magia de China.
- ¿Qué fue lo más interesante de esta experiencia?
- Me apasiona conocer a los estudiantes. En la bibliografía que uno puede leer sobre los estudiantes chinos encuentra algunos clichés como que, en tanto hijos únicos, muchos de ellos sufren el "síndrome del pequeño emperador" o que debido a la tradición del aprendizaje de tipo pasivo con un respeto enorme hacia el docente es muy difícil aplicar metodologías comunicativas de aprendizaje de lenguas. Sin embargo, viviendo y trabajando en China las cosas se vuelven mucho más interesantes y no hay descripciones 100% exactas sino que hay muchos matices y es más complicado de lo que a primera vista parece.
Es apasionante ver lo rápido que han vivido todo, en especial el progreso en un cambio generacional y no en varias generaciones como en la mayoría de los casos. Los estudiantes, cuyos jóvenes padres no saben manejar un computador, son capaces de usar cualquier tecnología que se les cruce. Tienen una sed por lo novedoso y lo moderno que, por momentos, es contagiosa, como una inyección de dinamismo que se está perdiendo en Occidente justamente a raíz de las crisis económicas. El cambio es brutal y trae muchas consecuencias a la hora de enseñar a estos jóvenes. Siempre es interesante estar donde suceden las cosas.
- ¿Cómo es la relación con los estudiantes desde el punto de vista emocional?
- Me gustaría mucho que los estudiantes respondieran a esta pregunta. De mi parte pienso que la relación es excelente. Luego de vivir en varios países y trabajar con distintas culturas siento que en el fondo lo que tenemos de similar es mucho más importante de lo que nos diferencia. Como a todo el mundo les preocupa la salida laboral y tener una buena vida. Son muy curiosos, pues en Harbin hay muy pocos occidentales aunque antes había rusos por la proximidad y la historia. Para ellos hablar con nosotros es casi una aventura. Les gusta saber todo, desde la manera de tender una mesa con cubiertos a si nos gusta o no la comida china. Nos sobran temas para hablar. Los estudiantes son muy respetuosos pero no fríos; son muy afectuosos y tienen un muy buen sentido del humor. Se disfruta muchísimo trabajar con ellos.
- ¿Les interesa aprender el español? ¿O lo sienten como una lengua muy lejana?
- No sienten el español como lejano. Supongo que esa es parte de la tarea de los docentes extranjeros: acercar la cultura para que no la vivan de manera distante. La gran mayoría tiene una alta motivación. Otros estudiantes han elegido la carrera antes de dar el "gaokao", examen de ingreso a la universidad que debe ser uno de los más difíciles del mundo, porque piensan que así tendrán una buena salida laboral. En cambio, otros estudiantes eligieron otras carreras aunque, debido a las calificaciones obtenidas en el examen, debieron cursar español, lo cual no fue su primera opción. Al principio, con estos estudiantes tuvimos que trabajar mucho el tema de la motivación aunque debido a que tienden a presentar un sentido del deber y la responsabilidad en cuanto al estudio muy desarrollado esto no suele ser un problema.
- ¿Cómo hace para que los estudiantes se acerquen al idioma y a la cultura iberoamericana? ¿A través de la literatura? (obras clásicas como "El Gaucho Martín Fierro" o el Quijote están traducidas al chino)
- Si, pero lo que más les gusta es cantar. No se puede vivir en China sin frecuentar los KTV (karaoke). Eso hay que aprovecharlo ya que las canciones transmiten la cultura y también tienen el beneficio de mejorar la pronunciación y la fluidez de la lengua. Escuchamos muchas canciones, leemos muchos cuentos y también vemos películas. A partir del segundo año de la Licenciatura tienen literatura y en tercero, que lo cursarán en la Universidad ORT Uruguay, ya se trabajan textos como el Martín Fierro.
- ¿Cuánto tiempo estará en China?
- Fui por un año pero decidí que aún tenía mucho que aprender y también para dar, y por ello decidí volver a China y quedarme hasta 2012; en ese momento ya habré conocido dos generaciones de estudiantes y la primera que vendrá a Uruguay.
- ¿Qué es lo que más extraña de Uruguay cuando está en China?
- La carne y el café, en ese orden. Comen mucha carne pero los platos son balanceados y como comen con "palillos" no son las porciones que se sirven en Uruguay. El café no es costumbre en China, prefieren el té y hay pocas cafeterías en Harbin.
- Ahora que está en Uruguay, ¿qué extraña de China?
- Parece una locura pero miro algunas series chinas en la tele que ahora quiero saber cómo siguen. Tengo amigos que me las van a conseguir para que las vea cuando vuelva pero faltan unos meses. Me encanta la rutina de comer en China; no es como en Uruguay que cada uno compra un plato y se sirve del suyo propio. En China se piden cinco o seis platos para dos personas y los compartimos. Al principio es extraño pero al acostumbrarse se le toma el gusto porque la variedad de comida china es tan enorme que te permite probar muchos más platos. Es sorprendente cuando vemos que los propios chinos te dicen que no saben los nombres de los platos; es que son millones y es imposible acordarse.
- Usted obtuvo el Diploma en Educación en el Instituto de Educación de la Universidad ORT Uruguay ¿Qué destacaría de este postgrado?
- Sí, terminé el Diploma en Educación y luego hice la maestría. El proyecto fue un primer paso importante en cuanto a darle a mi experiencia docente una cierta solidez y fundamento académico.
- ¿Qué recuerdos tiene de aquella instancia?
- Tuve profesores increíbles como la profesora Edith Litwin y mi tutor, el profesor Daniel Germán. Lo que me gustaba de las instancias presenciales del Diploma era la diversidad de los compañeros de clase, ya que provenían de la Educación Física, Geografía, Inglés; todos perfiles muy distintos de los cuales se aprendía mucho de sus diversas experiencias profesionales, sobre todo durante las instancias de definición del tema del proyecto.
- ¿Cuál fue el tema de su tesis para el Diploma y Master en Educación y por qué lo eligió?
- El tema de mi tesis fueron las concepciones que los docentes de idioma inglés, como segunda lengua, tienen en lo que respecta al uso de su lengua materna (el español, en este caso) como herramienta didáctica. Me interesó, en primer lugar, porque me apasionan las lenguas y en segundo lugar me interesaba saber qué hace un docente con respecto al idioma español (su lengua madre) a la hora de enseñar inglés.
Por mi propia experiencia pude observar que debido a las enormes críticas al uso de la lengua materna de parte de las metodologías modernas de la enseñanza de lenguas muchos profesores desestimaban el uso de la misma, y hasta es visto como poco profesional pero enfrentados a la realidad sentían que debían usarla, por ejemplo, para evitar la confusión de los denominados "falsos amigos", lo cual remite a palabras que pueden ser homógrafas u homófonas (que se escriben o que se pronuncian igual) o que son muy parecidas y producen confusión porque el significado es distinto según cada idioma.
Un ejemplo típico que produce errores en los estudiantes de inglés son las palabras "sensible" y "sensitive". Los estudiantes de lengua materna española tienden a pensar que "sensible" en inglés es "sensible" en español, mientras que la traducción al español de "sensible" es "razonable" o "sensato". Otro ejemplo típico es "actually", que en general los estudiantes principiantes y hasta los intermedios lo usan como "actualmente" mientras que en inglés quiere decir "en realidad". Uno de los tantos usos que se le da a la lengua materna en clase es para evitar la repetición de errores producto, justamente, de la interferencia de ella.
- Usted es coautora del libro "Trastornos de la personalidad". ¿Cuáles son las temáticas más importantes que aborda esta obra?
- El libro resume mi experiencia durante cinco años como docente de Psicopatología Clínica en la Universidad de la República. Es un texto pedagógico para el aprendizaje de los trastornos de la personalidad fundamentalmente orientado al diagnóstico y a los elementos descriptivos que era el trabajo que realizaba en el Hospital con los estudiantes de tercer año de la Facultad de Psicología.
Entrevista publicada en agosto de 2011