Desde 2016 es maestra directora de la escuela de práctica N° 101 “José P. Varela”, de la ciudad de Canelones. Asimismo, desde el 2010, trabaja como docente de Didáctica y de Informática en el Instituto de Formación Docente “Juan Amós Comenio” en el departamento de Canelones.
En medio de la pandemia, ¿cómo fue la experiencia de defender tu tesis de forma virtual?
No he sentido grandes desafíos al respecto, más que ocupar mi mente en desear que no se corte la conexión a internet. Por lo demás, ya estaba acostumbrada a usar la virtualidad para mucho de mi trabajo y, personalmente, para la vida misma.
En realidad no creo que hubiera cambiado mi presentación por ser virtual o presencial. Me manejaría con el mismo tiempo y llevaría la misma preocupación o nervios.
Quizás no me hubiese fijado en el orden de mi casa o habría prestado atención a que mi mascota no se me subiera encima cada vez que me siento. Tampoco hubiera cambiado el cuadro que tenía como escenario de fondo y la combinación de mi ropa, para no generar confusiones.
Como ventaja destaco la principal: fue la única manera de que mis padres pudieran estar presentes. Como desventaja, me hubiese gustado tener al tribunal cerca, para verlo mejor y poder desarrollar la parte “afectiva” que se da en la presencialidad. Sin embargo, el afecto también se puede manifestar virtualmente y, de hecho, noté gran calidez de parte de los miembros del tribunal.
¿Cómo ha sido el hecho de terminar de preparar el trabajo final en dicha situación? ¿Cambió en algo el proceso que venías realizando a lo largo del semestre?
No creo que hubiese cambiado nada. Me preparé independientemente de que la defensa se realizara en forma virtual o presencial. Quizá me preocupé más de que mi laptop estuviera cargada.
¿Cuál fue tu motivación para seguir estudiando y formándote?
Mi motivación es siempre personal. Mi hija tiene la siguiente frase: "Mamá... vos sos adicta al estudio... y al trabajo". Todo me causa curiosidad en cuanto a la educación.
Eso se da también porque me siento rodeada de personas que gestionan la educación en base a costumbres, experiencia y supuestos sin ninguna base. Creo que si voy a criticar esa forma de actuar en educación debo formarme.
Estoy segura que estudiando y, luego, actuando es la mejor forma de cambiar la educación de cualquier país
Decidí hacer el Master en Educación porque me gusta la investigación y averiguar por qué pasa determinado hecho. Asimismo, yo tenía otra maestría y siempre me quedo con gusto a poco. Sentía que me hacía falta aprender algo más en investigación... ¡Y vaya que me faltaba!
¿Qué es lo que has aprendido o cuál es el conocimiento más valioso que te llevás del postgrado?
Valoro la profesionalidad con la cual han actuado cada una de las personas con las que me he encontrado en este curso. Desde el guardia de seguridad, pasando por la cantina, funcionarios, profesores, tutores, entre otros. Valoro la calidad del trabajo y las consignas. Valoro la exigencia, en este caso, de mi tutora.
Puedo valorar tres tipos de conocimientos que me llevo. En primer lugar, a nivel académico: la claridad que hay que tener en el diseño metodológico. En segundo lugar, a nivel profesional, que implica justamente eso: ser profesional. Por último, a nivel humano: el compañerismo y el apoyo.
En tu trabajo, ¿qué aspecto considerás que vas a poder mejorar o potenciar, gracias a haber realizado la maestría?
Sin duda, la metodología en investigación y a no dar nada por supuesto.