Autoridades y colegas de la Universidad ORT Uruguay, profesores y tutores del Instituto de Educación, estudiantes egresados y familias aquí presentes. Estimados colegas que hoy me acompañan en este acto académico, Mariela Questa y Wellington Mazzotti, en representación de los equipos de profesores y tutores del Master en Gestión Educativa y del Master en Educación.
Estamos aquí para celebrar a quienes obtienen hoy su diploma de maestría, luego de una larga serie de cursos, talleres y de una intensa actividad de investigación.
Ciertamente que el camino no ha sido fácil: ha tenido sus marchas y contramarchas. Seguramente encontraron dificultades que parecían insuperables, callejones sin salida, que los obligaron a intentar tanteos y rodeos fatigosos e imprevistos. Pero gracias a ese camino recorrido, hoy contamos con análisis rigurosos y sistemáticos del hecho educativo.
Todos ustedes han apuntado hacia una dirección bien definida: encontrar nuevas respuestas a una gran diversidad de preguntas referidas a temas de gestión, de la actividad docente, de los procesos de aprendizaje, de las prácticas de enseñanzas, de las tecnologías y de las políticas educativas.
Los documentos de tesis muestran escenarios preocupantes, pero también identifican variadas iniciativas para cambiar la situación actual. Se trata de contribuciones que ponen en evidencia la diversidad y la enorme potencialidad que se constata hoy en el ámbito de la investigación educativa.
Esperamos que los trabajos de investigación que ustedes han aportado generen un efecto multiplicador que nos permita contar con mayores insumos para el diálogo y las decisiones para la política educativa. El Uruguay y la región necesitan más que nunca compartir producciones y aportes sustantivos para repensar los desafíos, las políticas y los escenarios futuros.
A las tesis que ustedes han elaborado, se sumarán pronto las tesis de la primera generación del Doctorado en Educación del Instituto y, en pocos años, se añadirán también las investigaciones de la segunda generación que ha iniciado sus cursos en julio del pasado año.
Y es con ellos, con ustedes, con las generaciones previas de quienes han transitado por nuestro Instituto, que aspiramos a conformar una comunidad académica que, junto a los colegas de otras universidades y centros de investigación, realicen aportes relevantes al debate educativo nacional e internacional.
Este es un día de celebración y agradecimiento. Un diploma de maestría honra el esfuerzo individual, pero también es el resultado del intercambio y el apoyo de numerosas personas.
Como institución agradecemos la colaboración constante de los profesores y tutores que los acompañaron a todos ustedes en la obtención del título de maestría. Aportando su mirada analítica y su rigurosidad metodológica, ellos han sido una pieza fundamental para que hoy estemos celebrando juntos estos egresos. También agradezco al equipo técnico y administrativo por la responsabilidad y la profesionalidad con que han asumido sus respectivas tareas.
Quiero, antes de finalizar, aludir a las familias y amigos que hoy nos acompañan y que, sin duda, viven este día con legítima emoción y orgullo. Ellos han sido un pilar fundamental en todo este proceso.
Por último, les agradezco a ustedes, los graduados, por las ideas, los marcos de reflexión y las valiosas hipótesis para trabajos futuros que han generado. La preocupación por pensar una mejor educación para nuestro país y para la región que ustedes han puesto de manifiesto nos moviliza y nos inspira a todos.
Agradezco y celebro el compromiso de todos ustedes por construir una educación más justa, solidaria y fraterna.
¿Para qué futuro educamos? He aquí la pregunta básica que, desde hace tiempo, subyace a todas nuestras reflexiones y desvelos.
“Hacer predicciones es muy difícil, especialmente, cuando se trata del futuro…”. Esta ironía del premio nobel Niels Bohr, referida a la física cuántica, es igualmente cierta en el ámbito educativo, porque estamos educando para un futuro que no logramos ni medianamente predecir, teniendo en cuenta la velocidad de los cambios que caracterizan al siglo XXI.
Los felicito a todos y los convoco –ahora que se gradúan– a mantenerse siempre académicamente ávidos de nuevos conocimientos, para seguir investigando, reflexionando y acrecentar así el compromiso con la educación, de cara a un futuro que resulta cada vez más incierto y desafiante.