Autoridades de la Universidad ORT Uruguay, autoridades del Instituto de Educación, profesores todos, familiares, queridos colegas. Es un honor para mí tener la oportunidad de dirigir unas palabras finales en nuestra ceremonia de graduación del Master en Educación. Implica también un compromiso sustantivo, pues exige sintetizar lo vivido, aprendido y sentido en el trayecto de esta maestría.
Quisiera, entonces, comenzar recordando uno de los libros al cual uno de nuestros queridos docentes nos guió: Humanamente: el mundo, la conciencia y la carne, de Juan Ignacio Pozo.
Este título es una interesante imagen que, a mi entender, resume lo vivido por nosotros en esta universidad. Aprendimos a conocer, estudiar e investigar el mundo educativo desde las enseñanzas y desde los aprendizajes, sin perder en ningún momento nuestro lugar como sujetos contextualizados de conocimiento.
El equipo docente que tuvimos supo compartir con nosotros ese maravilloso pensar humana-mente la tarea de educar. Valga nuestro reconocimiento y agradecimiento infinito a ellos.
Dos autores, Hargreaves y Fink –refiriéndose al liderazgo educativo– plantean que, para mantenerlo, se necesita un espejo retrovisor y un parabrisas. Esta otra imagen resulta muy interesante si la trasladamos a lo que vivimos como estudiantes del Master.
En ese espejo retrovisor no podemos dejar de ver a nuestra querida y memorable maestra Edith Litwin, y su insistente búsqueda de aquellas prácticas que iluminan el aula. En ese espejo, no podemos dejar de ver los mapas que nos aportó, entre otros, Daniel Germán. Mapas que nos acompañaron en nuestro camino como investigadores y que no evitaron, por suerte, gastar el calzado al transitarlos.
El espejo retrovisor nos sigue mostrando a grandes personas que nos acompañaron y que queremos agradecer: Denise, Carina, Lila, Mariana, Cristina, Mirtha, Adriana, Ana, Leticia, Fernando… Pido disculpas si olvido a alguien en este momento.
Pero no queremos quedarnos sólo mirando para atrás. Tenemos un parabrisas que permite que veamos para adelante.
Sentimos que este Instituto nos brindó una formación integral y profunda en educación, la cual nos permite mirar el ahora y lo que vendrá. Somos conscientes de que muchas veces no sabremos cómo hacer para avanzar y adelantar, pero sí estamos convencidos que, lo primero que haremos en nuestras vidas profesionales, es volver a mirar el espejo retrovisor.