Muy buenas tardes. Respetables autoridades académicas y administrativas, estimados profesores, tutores, compañeros, familiares y amigos, ante todo muchas gracias por estar hoy aquí, en este momento tan especial.
Es para mí un honor y un verdadero placer representar a mi generación del Master en Gestión Educativa en esta ceremonia donde celebramos la culminación de una etapa importante en nuestras vidas.
Hoy el país atraviesa un tiempo caracterizado por una de crisis de gestión, en general, y de gestión educativa, en particular. En este contexto, que nos interpela con una mirada crítica y expectante a la vez, con este grupo de compañeros, hemos decidido profundizar nuestra formación profesional en el área de la gestión de instituciones educativas.
Sin temor a equivocarme, en nombre de todos quienes hoy egresamos, puedo decir que habrá en nuestras carreras, un antes y un después de esta experiencia de formación en esta prestigiosa Universidad.
Realizamos un fecundo camino en esta casa de estudios. Nos vamos fuertes, tranquilos de saber transitar por el territorio epistemológico de la gestión educativa. Nos llevamos los conceptos estructurantes y la sintaxis propia de esta disciplina, así como la metodología de investigación para acercarnos a la realidad con el rigor de la ciencia.
En un momento histórico, en que los procesos de desarrollo social no se pueden desvincular de la producción y gestión del conocimiento, aquí hemos aprendido a pensar la gestión educativa en clave de aprendizaje 3.0.
Sabemos cómo acercarnos a realidades y escenarios complejos, diagnosticándolos para implementar proyectos de innovación que conduzcan a la mejora, –desplazándonos así, de un saber intuitivo a un saber operativo–. Conocemos las fortalezas de promover la instalación de comunidades de aprendizaje, donde el liderazgo se caracterice por ser transformador, pedagógico, distribuido.
Estamos seguros de poder conducir nuevos emprendimientos y de realizar aportes reales al sistema educativo público y privado de este país. En este sentido hay mucho por hacer...
Queremos agradecer a todos los que han hecho posible este momento que hoy vivimos, con alegría y compromiso. A María Inés que ha timoneado nuestro proceso de formación, llevándonos a buen puerto y con quién hemos aprendido que, en estos temas que nos ocupan, no podemos estar quietos, porque estar quietos es sinónimo de retroceso.
A los todos los docentes y, muy especialmente, a nuestros tutores, guías fundamentales en los procesos de investigación, que nos han ofrecido generosamente su saber y su sabiduría. Nos han conducido, delicadamente, por el camino de la transposición entre la teoría y la práctica. Nos han interpelado y enseñado a manejar en situaciones donde predomina la incertidumbre sobre la certeza y a jerarquizar el valor de las preguntas que surgen después de una respuesta.
A Fernando, que nos ha acompañado hasta en los detalles más pequeños, para que todo saliera bien y a tiempo. A las instituciones educativas, que aceptaron el desafío de abrirnos sus puertas para llevar adelante una práctica de investigación. A nuestras familias, que nos habilitaron a llegar hasta aquí, con su apoyo incondicional, con su amor, su paciencia, su estímulo permanente, con la capacidad de comprender nuestras ausencias, insomnios y por todas las veces que no pudimos estar…
Finalmente, para terminar hago mías unas palabras de Phil Bosmans (Bélgica, 1989): "Quien posee la semilla, tiene que sembrar. Quien cuidadosamente la conserva encerrada en la mano, quién teme perderla, jamás conocerá la alegría de la cosecha".