Autoridades de la Universidad ORT Uruguay, autoridades del Instituto de Educación, profesores, compañeros, amigos y familiares que nos acompañan en esta oportunidad. Quiero comenzar señalando que es un verdadero honor, para mí, dirigirme a todos ustedes en representación de mis compañeros. Estamos reunidos aquí porque hemos llegado a la meta, hemos cumplido un objetivo grande y digno de reconocerse: nos hemos graduado.
Durante estos dos años, vivimos en nuestro grupo muchas emociones, nervios, esfuerzos y, a veces, tristezas. Hemos acumulado experiencias, recuerdos y diversos momentos en cada lugar de la Universidad y del Instituto: en sus aulas, en los pasillos y hasta en la cantina. Y la verdad es que todos ellos nos acompañarán para siempre.
Cada uno de nosotros ha dejado su impronta en el pasaje por el Master, ya sea por su desempeño académico, por el intercambio generado a través del aula virtual o en los encuentros presenciales.Y, lo más importante, por los vínculos generados, que nos permitieron crecer personal y profesionalmente.
No puedo dejar de mencionar el gran momento de dolor que tuvimos todos con la pérdida de Fernando, un excelente profesional que nos cautivó. En cada uno de nosotros está presente, con mucha nostalgia, los recuerdos de los días compartidos junto a él.
Por supuesto, corresponde agradecer a todas aquellas personas que han contribuido a que esta etapa haya sido realmente significativa. A quienes nos brindaron su apoyo en los momentos difíciles cuando lo veíamos “todo negro” y que nos dieron un empujón cuando fue necesario: nuestras familias.
A nuestros amigos, tanto a los que teníamos antes de llegar aquí, como a los que fuimos forjando durante el transcurso del postgrado. A quienes supieron guiarnos en este camino, brindándonos su profesionalidad e incluso una amistad: nuestros profesores. A todos los funcionarios del Instituto de Educación y de Biblioteca, por su disposición para solucionar todas las inquietudes que presentábamos.
Aún queda mucho por transitar para continuar aportando a la mejora de la educación nacional. Nuestro pasaje por el Instituto de Educación nos ha permitido perfilar bases sólidas para el recorrido que emprendimos. Hoy podemos afirmar, con plena convicción, que nuestras competencias y habilidades investigativas se han incrementado.
Supimos crecer mirando lo que dejábamos atrás, construimos un venturoso presente y proyectamos el tan ansiado futuro, puesto que el esfuerzo que empeñamos es el sello de nuestras victorias personales y profesionales.
Despedirnos nos infunde un tibio matiz de nostalgia y melancolía. Solo resta desearles un excelente camino, pues “el éxito consiste en conseguir lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se consigue”.