ORACLE
Proyecto ORACLE 9 de enseñanza y de aprendizaje adaptados a las características personales del estudiantado (Suárez & Gairín, 2018). Aunque ampliar el acceso a la educación superior es el primer paso para lograr la equidad, se requieren además cambios en los modelos educativos que integren la atención a la diversidad y contemplen las desigualdades (Dovigo, 2017). En el contexto de la Educación Superior en América Latina, las instituciones y los gobiernos han contribuido a enfocar la inclusión solamente como un fenómeno relacionado al acceso (Espinoza, 2013). Diversas se presumen las causas de este hecho, pero una de las posibles explicaciones se relaciona a la complejidad para determinar y medir indicadores sobre desvinculación, permanencia, desempeño, resultados y logros o inserción laboral. Más allá de estas causas u otras posibles, cabe pensar que difícilmente se pueda lograr la equidad cuando los mecanismos para asegurar la permanencia y el egreso del sistema de Educación Superior no son revisados a nivel organizacional. Por otra parte, se habilita la idea de que, si existe equidad se brinda educación de calidad, en tanto que las universidades que logran la calidad son inclusivas. Otra vez, la dialéctica puede opacar los significados tangibles de los términos en la práctica. Lograr la igualdad de oportunidades de acceso puede garantizar la inclusión, pero para lograr la equidad, se requieren de mecanismos sostenibles que aseguren la permanencia y el egreso de los estudiantes atendiendo a su diversidad, y la revisión de las prácticas a nivel de la docencia, la investigación y la extensión universitarias. Asimismo, para concretar la sostenibilidad de los procesos y mecanismos que aseguran la equidad, resulta necesario que los diferentes estamentos de las instituciones educativas (estudiantes, profesores, directivos y administrativos) y la comunidad toda, participen en el diagnóstico de vulnerabilidades y la implementación de los modelos de calidad establecidos en cada contexto. La equidad entonces se transforma en un requisito a cumplir por parte de la Instituciones de Educación Superior, para asegurar la justicia social. No obstante, lograr la equidad implica actuar en las bases de las instituciones, en la cultura organizacional que incorpore la equidad y que sea capaz de implementar mecanismos para alcanzar la calidad educativa (Dovigo et al., 2018, p.189). De cualquier manera, aunque la cultura organizacional es propia de cada Institución de Educación Superior, se pueden reconocer parámetros para establecer una cultura de equidad, más allá de que este concepto se tome como valor central del accionar de la organización: Una institución de Educación Superior, impregnada por la cultura de la equidad, desarrolla una sensibilidad especial para identificar tempranamente situaciones de
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