Oportunidades de Aprendizaje
“buenas leyes educativas”. ¿Qué quiere decir esto? Están entrando en vigencia leyes complejas, que expresan el profundo debate sobre la educación que se está viviendo en la región, y en las que se parte de una concepción cada vez más amplia de la educación en su articulación con el desarrollo de las personas y de las sociedades. Son normas que se estructuran en torno a una comprensión de la educación como un derecho, y proponen horizontes cada vez más altos respecto de la formación de las nuevas generaciones. La tendencia a universalizar y hacer obligatoria la educación secundaria es ejemplo de un esfuerzo que se proponen las sociedades de la región, en un intento de consolidar las bases para la inclusión educativa y social. Seguramente en cada ley hay puntos discutibles, aspectos que corregir, pero pareciera que hoy los problemas de la educación en la región no son consecuencia de la normativa vigente. De todos modos, queda también un conjunto de interrogantes que genera inquietud. ¿Expresan realmente estas leyes el interés de las sociedades latinoamericanas? ¿Quieren realmente los diferentes grupos sociales garantizar una educación de calidad para todos? ¿Están los habitantes de los países de la región convencidos de que absolutamente todos los niños, independientemente de dónde hayan nacido, deben recibir 12 o 13 años de educación de calidad? ¿Hay una disposición real a hacer los esfuerzos necesarios para el cumplimiento efectivo de las metas esbozadas en cada una de las normas nacionales?” Una segunda perspectiva se refiere al énfasis puesto en las políticas públicas en educación para la concreción de propuestas de cambio educativo, que es acompañado por un resurgimiento del sector privado en este sentido. Las iniciativas de cambio son profusas, y se han incrementando en las últimas décadas. Tal como señala el Informe de UNICEF y la Universidad Nacional de General Sarmiento, Oportunidades para aprender (2012) que sistematiza experiencias innovadoras de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México: “Una primera observación permite destacar, como rasgo de los últimos 20 años, que cada vez adquieren más importancia las acciones con formato específico en relación con las acciones sistemáticas sostenidas por el funcionamiento habitual y regular del sistema. Sin ser una novedad propia de este período, la magnitud de las intervenciones a través de programas o proyectos aumentó. También aumentó la interacción de gobiernos con organizaciones del tercer sector y consorcios o fundaciones empresarias, y se registra un incremento de los convenios entre diferentes agencias en lo que parece una suerte de redistribución de acciones que busca llegar con otras modalidades a los destinatarios directos” (UNICEF/UNGS, 2012: 56). Si bien puede decirse entonces que, en general, los sistemas escolares y las escuelas se siguen manteniendo dentro de los cánones clásicos, una mirada a las experiencias educativas de la región demuestra que se han encarado intentos de mejora de todo tipo de manera profusa. Teniendo en cuenta esta situación, para la elaboración de este informe se han examinado decenas de programas y proyectos muy variados cuyo objetivo general es mejorar la calidad del aprendizaje de los estudiantes. Se accedió a estos casos a partir de una consulta a los reservorios existentes sobre el tema desde la Red de Innovaciones educativas para América Latina y el Caribe, denominada Innovemos y gestionada por la UNESCO (www.redinnovemos.org/ ). Esta Red funciona a modo de buscador de iniciativas educativas organizadas en las siguientes áreas temáticas: desarrollo curricular, desarrollo profesional, desarrollo institucional, diversidad y equidad, educación y trabajo, desarrollo sostenible, democracia y ciudadanía, y nuevas tecnologías 8 . 8 Integran la red un equipo coordinador en OREALC/UNESCO Santiago, instituciones asociadas de diferentes países entre las cuales existen escuelas, ministerios de educación, programas educativos no formales, direcciones regionales, provinciales, organismos públicos autónomos, ONGs, centros de investigación, universidades, instituciones de formación docente, municipalidades, entre otros. También la integran suscriptores individuales o institucionales.
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