Matemática en el Plan Ceibal

78 adaptándose al trabajo con propuestas diversificadas y más personalizadas, aumentando simultáneamente el grado de complejidad de gestión pedagógica del aula. En función de los datos aportados por los encuestados, es posible realizar diferentes aproximaciones al análisis de las respuestas observadas. En un primer abordaje, nos interesa identificar a los docentes que eligieron las configuraciones de uso del recurso en lo que podría considerarse modelo 1 a 1 frente a los que optaron por otros modelos posibles de usos de los recursos. ¿Qué puede entenderse por modelo 1 a 1 en este caso? Si se interpreta un modelo de distribución de los recursos informáticos, 1 a 1 significaría que cada alumno tendría un recurso individual, en este caso una XO. Si se entiende un modelo pedagógico de uso del recurso, entonces se interpretaría que cada alumno trabajaría en forma individual con el recurso XO. En el diagrama, las disposiciones D y E ejemplifican el modelo de uso 1 a 1 de las XO. Estas disposiciones, como se muestra en el Gráfico 12, alcanzaron el 37% de las preferencias de los profesores. Mientras que las restantes tres configuraciones que ejemplifican modelos de uso alternativos alcanzaron en conjunto el 63% de las preferencias. En síntesis, 2 de cada 3 profesores eligieron alguna de estas tres configuraciones alternativas al modelo 1 a 1. En este sentido, las configuraciones D y E serían las que ejemplificarían este modelo de uso del recurso. Estas dos configuraciones juntas representan el 37% de los casos. Es de destacar, que en estas disposiciones elegidas -que implican una misma distribución de los recursos-, existe una propuesta diferente con la relación al rol asignado al docente. En la configuración D el docente asume una postura de clase magistral mientras que en la otra, E, el docente se representa como guía. La decisión mayoritaria de los encuestados tiene una relación 29 a 8 a favor del docente que guía a sus alumnos en el uso del recurso. Este análisis puede ser complementado con la lectura de las justificaciones propuestas a estas elecciones. La interpretación de las respuestas abiertas nos permite inferir que todos los docentes señalan que, en esta distribución, los alumnos están realizando la misma actividad con las XO. No se observaron explicaciones docentes que identificaran que la configuración representa el trabajo con propuestas pedagógicas diferenciales. En un segundo abordaje, es posible analizar el peso relativo alcanzado por cada una de las cinco configuraciones de uso de las XO. En este sentido, las disposiciones preferidas por los docentes fueron la A (30%) y la E (29%); mientras que la disposición menos preferida fue la D concitando tan solo un 8% de selecciones. En principio, podemos pensar que la configuración A fue seleccionada por ser la que permitiría mayor flexibilidad de propuestas de trabajo, o por ser la más dúctil pues daría la posibilidad de trabajar diferentes propuestas pedagógicas así como diferente número de integrantes por grupo, con las XO en forma simultánea. La pregunta solicitó que el encuestado expresara los motivos por los cuales elegía tal o cual configuración. Al analizar estas respuestas, se observa que los motivos expresados fueron variados y no siempre los esperados.

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