Matemática en el Plan Ceibal

40 seleccionan el bachillerato en educación secundaria (los docentes son mejor pagos, el año escolar termina en octubre y los problemas de disciplina son casi inexistentes). Como contrapartida, los docentes que recién ingresan al sistema comienzan sus primeras experiencias profesionales en el Ciclo Básico. Este fenómeno, que se presenta como una nueva paradoja en la educación nacional, podríamos definirlo como una distribución regresiva del capital docente: los profesionales más experientes son autoasignados a los mejores centros, allí donde existen mejores condiciones materiales, fuertes vínculos con la comunidad y mayores expectativas de logros, en función del capital cultural de los alumnos. Mecanismo que es validado y legitimado por el propio sistema educativo. Por el contrario, en aquellos establecimientos ubicados en contextos con un elevado grado de vulnerabilidad social y que tienen evidentes problemas y dificultades de aprendizaje, trabajan en su mayoría los docentes que recién están construyendo su repertorio de estrategias y habilidades didácticas. De esta forma entonces, podría señalarse que existe, de forma paralela a la distribución social de los aprendizajes, una distribución social inequitativa de los recursos humanos. Titulación docente La tenencia de un título habilitante es el primer paso para el desarrollo de una carrera profesional y una de las variables fundamentales para lograr niveles de calidad en la enseñanza. Por esos motivos, analizaremos con mayor atención el perfil de los docentes encuestados. Respecto a la formación específica en Profesorado de Matemática, como puede observarse en el gráfico Nº1, el 35% de los encuestados tiene título habilitante de profesor en la asignatura, mientras que un 51% señala tener estudios incompletos de profesorado de Matemática y un 14% indica no tener estudios de profesorado en la asignatura. concentraban en el primer ciclo (hoy Ciclo Básico) mientras que los grados seis o siete se concentraban en los preparatorios ubicados en Montevideo. En el segundo ciclo, el porcentaje de grados superiores era el 23,4 %, mientras que en el primer ciclo la proporción era del 16 %.. En el otro extremo, el 49,2 % de los cargos en los liceos con primer ciclo correspondían a docentes con grados inferiores. En los centros con preparatorio, este porcentaje bajaba a 35 %. Véase CIDE, Informe sobre el Estado de la Educación en Uruguay, Plan de Desarrollo Educativo, Tomo I, pp 184 y ss.

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