Gobernanza en la Educación Chilena y Uruguaya
12 Utilizamos “gobernanza" en vez de “gobierno” porque, com o mencionamos, la noción incluye un nuevo arreglo por el cual interactúan los actores estatales y no estatales (Mayntz, 1998, 2000). La gobernanza educativa puede considerarse como un sinónimo de “régimen educativo” en el sentido que abarca normas implícitas y explícitas que definen quiénes son los actores relevantes en la arena educativa; cuáles son los canales legítimos para la expresión de sus demandas; con qué recursos cuentan; cómo se supone que interactúan, y su respectivas responsabilidades (O´Donnell, 1996; Hyde, 1992; Prats Catalá, 2005). Es por lo tanto posible decir que si bien la gobernanza educativa contiene una dimensión estructural que limita la interacción, también existe amplio margen para la improvisación y el agenciamiento social. Una “buena” gobernanza educativa puede considerarse como un escenario en el que los canales de interacción no están bloqueados y existe un sentido claro del rol de los diferentes actores en el proceso de toma de decisiones (aunque estos pueden rebatirse y modificarse durante el curso de la interacción), así como mecanismos acordados de rendición de cuentas que producen buenos resultados educativos. Una reforma en la gobernanza implica un cambio en las “reglas de juego” o las normas que regulan las interacciones y los procesos de toma de decisiones entre los actores (Rodrik, 2008). Los regímenes de gobernanza no sólo definen la relación entre el estado y otros actores relevantes, como padres y sindicatos docentes, sino también entre sus diferentes partes, como los centros educativos, gobiernos locales y autoridades centrales (UNESCO, 2009). 2. CUATRO FACTORES DE GOBERNANZA En esta sección, nos enfocaremos en cada uno de los cuatro factores de gobernanza seleccionados de manera individual y presentaremos importantes contribuciones teóricas en lo referente a sus efectos sobre la calidad y equidad educativa. 2.1. Descentralización 2.1.1. Conceptualización La descentralización puede definirse como la transferencia de responsabilidad en la planificación, administración, obtención y distribución de recursos del gobierno central y sus organismos hacia las unidades locales de gobierno en el territorio (Winkler y Gershberg, 2000). En general, la descentralización de los sistemas educativos se produce por motivaciones políticas y profesionales. Las razones políticas han sido asociadas a la necesidad de extender la legitimación política y la participación pública a las decisiones de políticas públicas, y esto se puede lograr otorgando mayor poder y responsabilidad política al gobierno local. La motivación profesional se
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